Visto como un héroe por sus partidarios y como un traidor por sus detractores, el soldado Bradley Manning está acusado de ayudar al enemigo por filtrar información secreta a WikiLeaks.
La corte marcial que dio comienzo el lunes y en la que se juzga al soldado del ejército de EE.UU. Bradley Maning por filtrar información secreta al sitio de Internet Wikileaks tiene como telón de fondo el enfrentamiento de apasionados simpatizantes y detractores en un juicio que ha concitado la atención mundial y que podría durar varios meses.
De un lado están grupos defensores de las libertades civiles que simpatizan con el soldado porque alegan que EE.UU. necesita más transparencia en sus asuntos políticos y militares y del otro quienes consideran, como el gobierno, que Manning con sus actos puso en peligro vidas y perjudicó al país porque reveló información clasificada.
También han salido a la palestra defendiendo a Manning los que aseguran que ha sido el propio gobierno el que ha ocultado asuntos de interés público, y que el soldado lo único que quiso fue hacer pública la “verdad”.
Lo cierto es que, visto como un héroe por sus partidarios y como un traidor por sus detractores, Manning está acusado de espionaje y el cargo más grave que encara es el de ayudar al enemigo, un delito que lleva aparejada una pena de cadena perpetua, aunque su abogado defensor lo ha presentado como un joven ingenuo que sólo quiso poner al descubierto el alto costo de las guerras en Irak y Afganistán.
Se prevé que la mayor parte de las audiencias sean cerradas al público, los fotógrafos han tenido trabas, y el secretismo que envuelve el proceso es por ahora la palabra de orden porque según expertos, aparte de las restricciones propias de una corte marcial no vistas en los tribunales civiles, las autoridades parecen decididas a impedir que el juicio se convierta en un show.
A los reporteros que cubren la corte marcial se les hizo suscribir un documento en el que se comprometen a no revelar la identidad de voceros militares relacionados con el caso debido a que, según dicen las autoridades, algunas personas involucradas en el proceso han recibido amenazas de muerte.
En la vista del miércoles, antes de entrar a la sala, seguidores del soldado, parte de la Red de Apoyo a Bradley Manning que desde hace meses hace campaña a favor del acusado, se vieron forzados a usar al revés sus camisetas, para que no se viera el letrero que llevaban impreso al frente con la palabra “Verdad”.
De un lado están grupos defensores de las libertades civiles que simpatizan con el soldado porque alegan que EE.UU. necesita más transparencia en sus asuntos políticos y militares y del otro quienes consideran, como el gobierno, que Manning con sus actos puso en peligro vidas y perjudicó al país porque reveló información clasificada.
También han salido a la palestra defendiendo a Manning los que aseguran que ha sido el propio gobierno el que ha ocultado asuntos de interés público, y que el soldado lo único que quiso fue hacer pública la “verdad”.
Lo cierto es que, visto como un héroe por sus partidarios y como un traidor por sus detractores, Manning está acusado de espionaje y el cargo más grave que encara es el de ayudar al enemigo, un delito que lleva aparejada una pena de cadena perpetua, aunque su abogado defensor lo ha presentado como un joven ingenuo que sólo quiso poner al descubierto el alto costo de las guerras en Irak y Afganistán.
Se prevé que la mayor parte de las audiencias sean cerradas al público, los fotógrafos han tenido trabas, y el secretismo que envuelve el proceso es por ahora la palabra de orden porque según expertos, aparte de las restricciones propias de una corte marcial no vistas en los tribunales civiles, las autoridades parecen decididas a impedir que el juicio se convierta en un show.
A los reporteros que cubren la corte marcial se les hizo suscribir un documento en el que se comprometen a no revelar la identidad de voceros militares relacionados con el caso debido a que, según dicen las autoridades, algunas personas involucradas en el proceso han recibido amenazas de muerte.
En la vista del miércoles, antes de entrar a la sala, seguidores del soldado, parte de la Red de Apoyo a Bradley Manning que desde hace meses hace campaña a favor del acusado, se vieron forzados a usar al revés sus camisetas, para que no se viera el letrero que llevaban impreso al frente con la palabra “Verdad”.