Los dos candidatos, el demócrata y el republicano, dedican por entero el fin de semana para pertrecharse con vista a su último debate electoral, que estará enfocado en política exterior.
A dos semanas apenas ya de los comicios y con sólo una última oportunidad para defender sus puntos de vista públicamente, el presidente Barack Obama y su rival republicano, Mitt Romney, se han dedicado por entero a prepararse para el tercer debate electoral.
El último debate presidencial tendrá lugar en Boca Ratón, Florida, este lunes 22 de octubre y los temas a discusión se centrarán en asuntos de política exterior.
Obama se retiró el viernes a la residencia presidencial de Camp David donde piensa permanecer en compañía de sus asesores detallando la estrategia que empleará en el debate, mientras que su contrincante Romney planeó pasar el fin de semana haciendo lo mismo en Florida.
Mientras tanto, sus respectivos compañeros de boleta se encargaron de hacer campaña los últimos dos días, el vicepresidente Jor Biden en St. Augustine, Florida, y el republicano Paul Ryan en Pennsylvania, un estado que da empleo a 52 mil obreros del carbón y donde el sábado culpó al gobierno de Obama de los puestos de trabajo que ha perdido la industria.
El debate del lunes, de hora y media igual que los dos anteriores, será moderado por Bob Schieffer, de la cadena CBS, y tendrá el mismo formato que el primero: un escenario donde cada candidato hablará desde un podio.
El moderador ha dicho que conducirá la discusión en base principalmente a cinco áreas de interés, aunque la mayor parte del tiempo sería empleado en debatir sobre dos tópicos predominantes: el Oriente Medio y el terrorismo.
Aunque los asuntos económicos han sido hasta ahora dominantes en estas elecciones, la política internacional se ha robado parte de la atención de los medios de prensa a raíz del ataque al consulado estadounidense en Bangasi, Libia, y la muerte de cuatro diplomáticos estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens.
Romney ha empleado gran cantidad de tiempo en prepararse para el debate, mientras la guerra de anuncios publicitarios entre los dos candidatos se intensificó los últimos días, con nuevos “spots” demócratas y republicanos en la televisión.
El último de los anuncios republicanos critica las políticas del presidente en materia de deuda, salud, impuestos, energía y el Medicare, y resalta el argumento de que el país no puede permitirse el lujo de otros cuatro años con Obama en la Casa Blanca no sólo por razones económicas.
Entre tanto, un grupo independiente que apoya la candidatura demócrata informó que empezará a difundir comerciales que renuevan las críticas a Romney durante su gestión como creador de la firma Bain Capital, a la que se atribuye el despido masivo de trabajadores.
El último debate presidencial tendrá lugar en Boca Ratón, Florida, este lunes 22 de octubre y los temas a discusión se centrarán en asuntos de política exterior.
Obama se retiró el viernes a la residencia presidencial de Camp David donde piensa permanecer en compañía de sus asesores detallando la estrategia que empleará en el debate, mientras que su contrincante Romney planeó pasar el fin de semana haciendo lo mismo en Florida.
Mientras tanto, sus respectivos compañeros de boleta se encargaron de hacer campaña los últimos dos días, el vicepresidente Jor Biden en St. Augustine, Florida, y el republicano Paul Ryan en Pennsylvania, un estado que da empleo a 52 mil obreros del carbón y donde el sábado culpó al gobierno de Obama de los puestos de trabajo que ha perdido la industria.
El debate del lunes, de hora y media igual que los dos anteriores, será moderado por Bob Schieffer, de la cadena CBS, y tendrá el mismo formato que el primero: un escenario donde cada candidato hablará desde un podio.
El moderador ha dicho que conducirá la discusión en base principalmente a cinco áreas de interés, aunque la mayor parte del tiempo sería empleado en debatir sobre dos tópicos predominantes: el Oriente Medio y el terrorismo.
Aunque los asuntos económicos han sido hasta ahora dominantes en estas elecciones, la política internacional se ha robado parte de la atención de los medios de prensa a raíz del ataque al consulado estadounidense en Bangasi, Libia, y la muerte de cuatro diplomáticos estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens.
Romney ha empleado gran cantidad de tiempo en prepararse para el debate, mientras la guerra de anuncios publicitarios entre los dos candidatos se intensificó los últimos días, con nuevos “spots” demócratas y republicanos en la televisión.
El último de los anuncios republicanos critica las políticas del presidente en materia de deuda, salud, impuestos, energía y el Medicare, y resalta el argumento de que el país no puede permitirse el lujo de otros cuatro años con Obama en la Casa Blanca no sólo por razones económicas.
Entre tanto, un grupo independiente que apoya la candidatura demócrata informó que empezará a difundir comerciales que renuevan las críticas a Romney durante su gestión como creador de la firma Bain Capital, a la que se atribuye el despido masivo de trabajadores.