La economía se repone con demasiada lentitud y el país sigue acosado por un alto desempleo y déficit fiscal. pero los beneficios del Banco Central de EE.UU. no han dejado de crecer.
El año que recién terminó fue de plácemes para la Reserva Federal (FED) de EE.UU. porque a pesar de que la economía del país estuvo meses al borde de un “abismo fiscal”, el desempleo no ha dejado de acosarla y todavía no se han solucionado a largo plazos los peligros del déficit y su abultada deuda fiscal, el Banco Central estadounidense obtuvo beneficios récord.
Puede parecer un contrasentido pero no lo es, porque luego de cuatro años de políticas monetarias nada convencionales la FED no ha logrado estimular la economía todo lo deseado sin embargo el total de activos en sus arcas creció sostenidamente.
Ese aumento se debe a que tras la crisis del 2008, el Banco Central encabezado por Ben Bernanke comenzó a comprar bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, entre otros con el propósito de preservar a un nivel muy bajo los tipos de interés con la esperanza de reactivar la economía y socorrer al sistema financiero.
En virtud del mecanismo, la FED recambia títulos de próximo vencimiento por otros de largo plazo para presionar a la baja las tasas de interés. El plan original preveía que sería suficiente hacerlo hasta el 2014, pero en diciembre pasado, Bernanke anunció que el banco comprará deuda hipotecaria por $ 40 mil millones de dólares mensuales, y mantendrá el tipo de interés entre el cero y el 0,25 por ciento hasta mediados de 2015.
Aunque no todos parecen compartir igual opinión sobre la prórroga dentro del Banco Central, la FED dio muestras de que su fórmula para dejar definitivamente atrás la crisis sigue siendo la de aplicar una relajación monetaria fuera de lo común. Y no sólo impuso un incremento de los programas de recompra de bonos, algo que muchos expertos no esperaban, sino que dijo que mantendrá tal política hasta que se considere que la recuperación económica es “sustancial”.
Como se sabe, la FED no ha logrado conseguir que la economía crezca aún al ritmo e intensidad necesarios, pero por cuarto año consecutivo sus ingresos se han incrementado como la espuma. Solamente tras el estallido de la crisis, de 2007 a 2008, su total de activos subió de $0,91 a $2,24 billones de dólares (en la actualidad son de $2,92 billones).
Hasta entonces sus beneficios nunca habían superado los $40 mil millones de dólares pero gracias a la compra de activos para imprimir liquidez al mercado en 2009 registró ingresos récord de $46 mil 100 millones.
Más aún, la suma aportada al Tesoro de la nación por la FED el año pasado ascendió a $88 mil 900 millones de dólares, de los cuales su mayor parte ($80 mil 500) fueron fruto de intereses de los activos adquiridos por el Banco Central, como bonos y títulos de duda relacionados con hipotecas.
De acuerdo con la FED, el pago hecho al Tesoro en 2012 superó en 17, 9 por ciento al abonado en 2011, cuando el gobierno federal recibió $75 mil 400 millones de dólares del Banco Central.
Para que se tenga una idea del dinero ganado por la FED, en 2011 sus beneficios no sólo fueron superiores a los de los cinco mayores bancos de EE.UU.: JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo y Goldmand Sachs, sino también a las ganancias, sumadas, de dos grandes corporaciones como Exxon Mobil y Apple.
Puede parecer un contrasentido pero no lo es, porque luego de cuatro años de políticas monetarias nada convencionales la FED no ha logrado estimular la economía todo lo deseado sin embargo el total de activos en sus arcas creció sostenidamente.
Ese aumento se debe a que tras la crisis del 2008, el Banco Central encabezado por Ben Bernanke comenzó a comprar bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas, entre otros con el propósito de preservar a un nivel muy bajo los tipos de interés con la esperanza de reactivar la economía y socorrer al sistema financiero.
En virtud del mecanismo, la FED recambia títulos de próximo vencimiento por otros de largo plazo para presionar a la baja las tasas de interés. El plan original preveía que sería suficiente hacerlo hasta el 2014, pero en diciembre pasado, Bernanke anunció que el banco comprará deuda hipotecaria por $ 40 mil millones de dólares mensuales, y mantendrá el tipo de interés entre el cero y el 0,25 por ciento hasta mediados de 2015.
Aunque no todos parecen compartir igual opinión sobre la prórroga dentro del Banco Central, la FED dio muestras de que su fórmula para dejar definitivamente atrás la crisis sigue siendo la de aplicar una relajación monetaria fuera de lo común. Y no sólo impuso un incremento de los programas de recompra de bonos, algo que muchos expertos no esperaban, sino que dijo que mantendrá tal política hasta que se considere que la recuperación económica es “sustancial”.
Como se sabe, la FED no ha logrado conseguir que la economía crezca aún al ritmo e intensidad necesarios, pero por cuarto año consecutivo sus ingresos se han incrementado como la espuma. Solamente tras el estallido de la crisis, de 2007 a 2008, su total de activos subió de $0,91 a $2,24 billones de dólares (en la actualidad son de $2,92 billones).
Hasta entonces sus beneficios nunca habían superado los $40 mil millones de dólares pero gracias a la compra de activos para imprimir liquidez al mercado en 2009 registró ingresos récord de $46 mil 100 millones.
Más aún, la suma aportada al Tesoro de la nación por la FED el año pasado ascendió a $88 mil 900 millones de dólares, de los cuales su mayor parte ($80 mil 500) fueron fruto de intereses de los activos adquiridos por el Banco Central, como bonos y títulos de duda relacionados con hipotecas.
De acuerdo con la FED, el pago hecho al Tesoro en 2012 superó en 17, 9 por ciento al abonado en 2011, cuando el gobierno federal recibió $75 mil 400 millones de dólares del Banco Central.
Para que se tenga una idea del dinero ganado por la FED, en 2011 sus beneficios no sólo fueron superiores a los de los cinco mayores bancos de EE.UU.: JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo y Goldmand Sachs, sino también a las ganancias, sumadas, de dos grandes corporaciones como Exxon Mobil y Apple.