Si finalmente el excontratista de seguridad estadounidense Edward Snowden recibe asilo en Rusia y decide quedarse en ese país puede que la suerte no le sonría.
Refugio en Cuba
Refugio en CubaOtros prófugos estadounidenses que buscaron asilo más cerca de su país corrieron suertes diferentes.
Uno de ellos es Robert Vesco, quien en 1972 escapó de EE.UU. donde se le acusó de estafar más de $200 millones de dólares y de narcotráfico.
Vesco fue acogido luego con los brazos abiertos en Cuba, donde por otros motivos Fidel Castro más tarde lo encarceló y murió en prisión.
También es conocido el caso del exagente de la CIA Philip Agee, que en 1975 escribió un libro titulado Inside the Company: CIA Diary en el que reveló nombres de espías estadounidenses por lo que se le consideró un traidor.
Agee terminó poniendo una agencia de turismo en La Habana, donde murió en 2008.
Su caso no sería el primero de fugitivos de la justicia estadounidense que no tuvieron un final feliz tras haber huido a Rusia en busca de eludir el castigo o con la pretensión—que luego se les desvaneció en el camino—de toparse con un mundo mejor.
Entre los casos más notorios está el del líder socialista obrero Bill Haywood acusado bajo la ley antiespionaje de 1917 por haber convocado a una huelga en tiempo de la I Guerra Mundial, quien huyó a Moscú, jamás llegó a entender el ruso y murió de alcoholismo y diabetes en Rusia en 1928 no sin antes haber intentado que se le admitiera de vuelta en EE.UU.
Uno de los más conocidos sea quizás Lee Harvey Oswald quien se fue en 1959 a la Unión Soviética en busca de una felicidad que no encontró como obrero de una planta electrónica. Poco después de regresar a EE.UU. asesinó al presidente John F.Kennedy en 1963 y dos días después fue baleado a muerte por Jack Ruby.
Dos casos más cercanos al de Snowden son los de William Martin y Bernon Mitchell, criptógrafos de la NSA que desertaron en 1960 a Moscú. El primero de ellos hizo gestiones en 1979 en el consulado estadounidense en la capital soviética para ser readmitido, pero se le despojó de la ciudadanía y se le negó entrar a EE.UU. con visa de turista. Murió de cáncer en México en 1987.
Joseph Dutkanicz, un soldado estadounidense reclutado en 1958 por la KGB desertó dos años después y luego de instalarse en Ucrania trató de que se le permitiera regresar a EE.UU. pero murió al parecer de alcoholismo en 1963, mientras que Glenn Souther, un analista de la marina de guerra que huyó a Rusia en 1986 se suicidó a la edad de 32 años en 1989.