Partidarios de la reforma frustran intento de republicanos de abortarla a partir de un informe según el cual la nueva ley no frenaría el ingreso de más inmigrantes indocumentados.
Simpatizantes de una amplia reforma de las leyes de inmigración rechazaron este miércoles, 61 votos a 37, un intento de parte de senadores conservadores que exigían pruebas de que las fronteras de EE.UU. estarán seguras antes de que millones de indocumentados adquieran estatus legal en el país.
Sin embargo, fuentes cercanas a las negociaciones citadas por la publicación Politico aseguran que el Grupo de los Ocho y un par de senadores republicanos están cerca de llegar a un acuerdo sobre el lenguaje relacionado con la seguridad en las fronteras que podría romper el impase.
Los detalles de la propuesta de compromiso podrían redactarse este jueves, y posiblemente sea sometida a votación la próxima semana.
La nueva propuesta podría resolver la controversia que encendió un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) según el cual una nueva ley de inmigración no impediría un sostenido incremento en el número de indocumentados que ingresan a EE.UU., aún cuando se legalice la situación de los que ya viven en el país.
Uno de los más severos opositores de la reforma, el senador republicano por Alabama Jeff Sessions, dijo que de acuerdo con el informe “la ilegalidad no será frenada sino que solamente será reducida un 25 por ciento”.
Apenas 24 horas antes, la CBO había difundido otro informe con un efecto positivo para los simpatizantes de la reforma, puesto que sostenía que la nueva ley ayudaría a la economía del país y a reducir los déficits durante las próximas dos décadas.
Ante la persistencia de algunos republicanos que se oponen a la reforma, los que abogan por ella se esfuerzan por conseguir a la mayor brevedad los 60 votos (de 100) necesarios para aprobar el proyecto de ley a más tardar la próxima semana.
De acuerdo con el senador Lindsey Graham, integrante del llamado Grupo de los Ocho que redactó el proyecto y también quiere que la legislación endurezca las cláusulas sobre seguridad fronteriza, “este es un momento clave en los esfuerzos por aprobar la ley”.
Los senadores Bob Corker y John Hoeven, que son los que negocian la nueva propuesta ya han informado a sus colegas republicanos sobre el posible acuerdo y dicen que ésta ha sido "bien" recibida.
Sin embargo, fuentes cercanas a las negociaciones citadas por la publicación Politico aseguran que el Grupo de los Ocho y un par de senadores republicanos están cerca de llegar a un acuerdo sobre el lenguaje relacionado con la seguridad en las fronteras que podría romper el impase.
Los detalles de la propuesta de compromiso podrían redactarse este jueves, y posiblemente sea sometida a votación la próxima semana.
La nueva propuesta podría resolver la controversia que encendió un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) según el cual una nueva ley de inmigración no impediría un sostenido incremento en el número de indocumentados que ingresan a EE.UU., aún cuando se legalice la situación de los que ya viven en el país.
Uno de los más severos opositores de la reforma, el senador republicano por Alabama Jeff Sessions, dijo que de acuerdo con el informe “la ilegalidad no será frenada sino que solamente será reducida un 25 por ciento”.
Apenas 24 horas antes, la CBO había difundido otro informe con un efecto positivo para los simpatizantes de la reforma, puesto que sostenía que la nueva ley ayudaría a la economía del país y a reducir los déficits durante las próximas dos décadas.
Ante la persistencia de algunos republicanos que se oponen a la reforma, los que abogan por ella se esfuerzan por conseguir a la mayor brevedad los 60 votos (de 100) necesarios para aprobar el proyecto de ley a más tardar la próxima semana.
De acuerdo con el senador Lindsey Graham, integrante del llamado Grupo de los Ocho que redactó el proyecto y también quiere que la legislación endurezca las cláusulas sobre seguridad fronteriza, “este es un momento clave en los esfuerzos por aprobar la ley”.
Los senadores Bob Corker y John Hoeven, que son los que negocian la nueva propuesta ya han informado a sus colegas republicanos sobre el posible acuerdo y dicen que ésta ha sido "bien" recibida.