Siria: opciones militares en la balanza

El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, dijo que se alistan opciones militares para en caso de que EE.UU. decida intervenir.

El dantesco escenario de hombres, mujeres y niños muertos, víctimas de un ataque químico en Damasco, ha reabierto la puerta de una eventual intervención internacional en Siria.

Reunión en la Casa Blanca

Reunión en la Casa Blanca

El presidente Barack Obama se reunió con sus asesores de seguridad el sábado en la mañana para discutir el ataque con armas químicas en Siria, según informó un funcionario del gobierno.

La reunión tuvo efecto en medio de indicaciones de que EE.UU. está posicionando fuerzas militares en el Mediterráneo ante la posibilidad de una acción en Siria.

“Disponemos de una serie de opciones, y vamos a actuar de manera consistente con nuestros intereses nacionales”, dijo el funcionario.
Las desgarradoras imágenes difundidas esta semana de decenas—eventualmente cientos—de víctimas de un alegado ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco han vuelto a poner sobre la mesa en Washington y en otras capitales del mundo los pro y los contra de una posible intervención militar en Siria.

El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, dijo la víspera que el presidente Barack Obama había pedido al Departamento de Defensa tener a la mano una variedad de opciones para en caso de que EE.UU. decida llevar a cabo una acción militar contra el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad.

Los comentarios de Hagel fueron hechos luego de trascendidos de que EE.UU. ampliará su capacidad de acción en el Mediterráneo con la presencia de un cuarto navío dotado de misiles crucero, y que la VI Flota decidió retener en la región al USS Mahan, y a otros destructores, en lugar de enviarlo de vuelta a Norfolk, Virginia.

Según informó CNN, a fin de que el presidente pueda actuar si decide intervenir en el conflicto, las fuerzas armadas estadounidenses han actualizado su lista de opciones y posibles objetivos militares en Siria, incluido el empleo de misiles crucero, lo que descartaría el uso de aviones de guerra.

Sin embargo, tal decisión sigue estando grandemente condicionada por la diplomacia de que exista consenso entre EE.UU. y los principales actores de la política internacional, y a otros dos factores no menos importantes: el costo y las implicaciones de una operación militar de semejante envergadura.

De hecho, el mes pasado, el jefe del Estado Mayor conjunto de las fuerzas armadas de EE.UU., General Martin Dempsey, detalló al Congreso cinco opciones de intervención militar sin tropas en Siria, pero advirtió que todas implicaban un altísimo costo de miles de millones de dólares y además conllevaban riesgos.

Entre esos riesgos, el alto oficial citó la probabilidad de efectos no deseados como el fortalecimiento de los grupos extremistas islámicos en la región y la pérdida de control sobre las propias armas químicas en los arsenales sirios que la comunidad internacional trata de poner a buen recaudo.

Con todo, un portavoz del ejército de Jordania anunció el viernes 23 de agosto que los jefes del Estado Mayor de 10 países se reunirán en Amán "en los próximos días" para sopesar las consecuencias de la crisis siria y evaluar una posible cooperación militar. Además de Jordania, en la cita estarían representados EE.UU, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Turquía, Arabia Saudita y Qatar.

Coincidiendo con el anuncio, el diario francés Le Figaro informó que debido a que tanto el despliegue de tropas internacionales como el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Siria seguían siendo opciones controversiales, ya se había puesto en práctica una fórmula más expedita para lidiar con la crisis: el adiestramiento en el extranjero de grupos rebeldes.

De acuerdo con el periódico, dos grupos de combatientes del llamado Ejército Libre de Siria entrenados en la vecina Jordania ya entraron al país, el primero de ellos de unos 300 hombres, el pasado 17 de agosto, y el segundo, un contingente de magnitud no especificada, dos días después.