Los científicos investigarán mediante un espectrógrafo especial por qué la capa superior de la atmósfera del Sol es mucho más caliente que su superficie.
La agencia espacial de EE.UU. (NASA) está preparándose para enviar una nueva misión con el objetivo de estudiar el Sol porque la capa superior de su atmósfera, la corona, es miles de veces más caliente que su superficie y los científicos quieren investigar qué está sucediendo.
Los astrónomos estudiarán por medio de un espectrógrafo especial conocido como IRIS la manera en que la materia solar acumula energía y se calienta a medida que se traslada a través de las bajas capas de la atmósfera del astro rey.
La energía y el plasma que fluyen por esa parte del Sol, que es fuente de las emisiones ultravioletas, tienen impacto en el clima de la Tierra, así como en el espacio cercano que circunda nuestro planeta.
Alan Title, principal investigador del proyecto IRIS hizo declaraciones a la prensa acerca de la importancia de esta misión solar.
“Lo que queremos descubrir es cuál es el proceso físico en que se basa esa transferencia de energía y materia desde la superficie solar hasta la atmósfera exterior, la corona, que se extiende hasta la heliosfera. Hay que recordar –dijo—que nosotros vivimos en la atmósfera exterior del Sol”.
Aunque IRIS orbitará la Tierra y sólo estará 600 kilómetros más cerca del Sol que nuestro planeta será capaz de proporcionar imágenes de alta resolución que incluso mostrarán estructuras individuales de energía a medida que se expanden de su superficie, en un rango de temperatura entre los 5 mil y 65 mil grados celsius y que llega hasta los 10 millones durante los destellos solares.
A un costo de $181 millones de dólares la misión tendrá una duración de dos años tras el lanzamiento de IRIS, previsto para el próximo 26 de junio a bordo de un cohete Pegasus XL desde la base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, en California.
Los astrónomos estudiarán por medio de un espectrógrafo especial conocido como IRIS la manera en que la materia solar acumula energía y se calienta a medida que se traslada a través de las bajas capas de la atmósfera del astro rey.
La energía y el plasma que fluyen por esa parte del Sol, que es fuente de las emisiones ultravioletas, tienen impacto en el clima de la Tierra, así como en el espacio cercano que circunda nuestro planeta.
Alan Title, principal investigador del proyecto IRIS hizo declaraciones a la prensa acerca de la importancia de esta misión solar.
“Lo que queremos descubrir es cuál es el proceso físico en que se basa esa transferencia de energía y materia desde la superficie solar hasta la atmósfera exterior, la corona, que se extiende hasta la heliosfera. Hay que recordar –dijo—que nosotros vivimos en la atmósfera exterior del Sol”.
Aunque IRIS orbitará la Tierra y sólo estará 600 kilómetros más cerca del Sol que nuestro planeta será capaz de proporcionar imágenes de alta resolución que incluso mostrarán estructuras individuales de energía a medida que se expanden de su superficie, en un rango de temperatura entre los 5 mil y 65 mil grados celsius y que llega hasta los 10 millones durante los destellos solares.
A un costo de $181 millones de dólares la misión tendrá una duración de dos años tras el lanzamiento de IRIS, previsto para el próximo 26 de junio a bordo de un cohete Pegasus XL desde la base de la Fuerza Aérea de Vandenberg, en California.