El sospechoso, Iván López, fue visto por un psiquiatra el mes pasado, pero no dio muestras de ser violento ni contra sí mismo o contra los demás.
Al menos cuatro personas muertas, entre ellas el victimario, es el saldo preliminar de un tiroteo ocurrido este miércoles en la base militar estadounidense de Fort Hood, en Texas.
Los hospitales del área han tratado a 16 personas heridas, incluyendo algunos considerados en condición grave.
Los investigadores determinaron que el hombre que llevó a cabo el tiroteo era un soldado estacionado en la base, identificado como Iván López, de 34 años, que nunca participó en combate en Irak y que nunca fue herido, como se había dicho en un principío.
El secretario de Defensa, John McHugh, sí confirmó que López fue examinado por un psiquiatra el mes pasado y que entonces no mostró "señales de posible violencia en contra de sí mismo ni hacia los demás".
El agresor usó una pistola semiautomática calibre 45 que fue comprada fuera de la base y que llevó el ataque en forma premeditada.
“Se cree que él se dirigió hacia uno de los edificios de la unidad, abrió fuego, se subió a un vehículo, disparó desde el vehículo, se bajó del vehículo, ingresó a otro edificio y abrió fuego de nuevo”, explicó el teniente general Mark Milley, Comandante de Fort Hood.
Eventualmente López fue enfrentado por una mujer policía militar. Puso sus manos arriba, pero luego sacó el arma de su chaqueta y se disparó en la cabeza.
Milley agregó que el atacante "tenía problemas de salud mental y comportamiento y había reportado tener una lesión cerebral traumática por lo que tomaba antidepresivos".
Un comunicado difundido por el presidente Barack Obama indicó que estaba al tanto de lo sucedido y que se estaban tomando todas las medidas para “determinar exactamente lo ocurrido y asegurar a todos su seguridad”.
En 2009, el mayor Nidal Hasan abrió fuego contra sus compañeros de armas en la misma base, y mató a 13 personas e hirió a 32 en la peor matanza colectiva ocurrida en una base militar en la historia de EE.UU.
Los hospitales del área han tratado a 16 personas heridas, incluyendo algunos considerados en condición grave.
Los investigadores determinaron que el hombre que llevó a cabo el tiroteo era un soldado estacionado en la base, identificado como Iván López, de 34 años, que nunca participó en combate en Irak y que nunca fue herido, como se había dicho en un principío.
El secretario de Defensa, John McHugh, sí confirmó que López fue examinado por un psiquiatra el mes pasado y que entonces no mostró "señales de posible violencia en contra de sí mismo ni hacia los demás".
El agresor usó una pistola semiautomática calibre 45 que fue comprada fuera de la base y que llevó el ataque en forma premeditada.
“Se cree que él se dirigió hacia uno de los edificios de la unidad, abrió fuego, se subió a un vehículo, disparó desde el vehículo, se bajó del vehículo, ingresó a otro edificio y abrió fuego de nuevo”, explicó el teniente general Mark Milley, Comandante de Fort Hood.
Eventualmente López fue enfrentado por una mujer policía militar. Puso sus manos arriba, pero luego sacó el arma de su chaqueta y se disparó en la cabeza.
Milley agregó que el atacante "tenía problemas de salud mental y comportamiento y había reportado tener una lesión cerebral traumática por lo que tomaba antidepresivos".
Un comunicado difundido por el presidente Barack Obama indicó que estaba al tanto de lo sucedido y que se estaban tomando todas las medidas para “determinar exactamente lo ocurrido y asegurar a todos su seguridad”.
En 2009, el mayor Nidal Hasan abrió fuego contra sus compañeros de armas en la misma base, y mató a 13 personas e hirió a 32 en la peor matanza colectiva ocurrida en una base militar en la historia de EE.UU.