El parlamento del país africano se disolvió a petición del Tribunal Constitucional. Se han presentado altercados entre jóvenes egipcios y fuerzas del orden.
Luego de que el Tribunal Constitucional de Egipto disolvió el parlamento y dejó en manos de la Junta Militar el poder, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton manifestó su preocupación por un eventual retroceso democrático en el país africano.
"No puede haber un retroceso en la transición democrática propiciada por el pueblo egipcio", señaló la jefa de la diplomacia estadounidense en una conferencia de prensa.
Clinton recordó las fuertes manifestaciones que realizaron los egipcios durante el 2011 señalando que "dejaron en claro que quieren un presidente, un parlamento y un orden constitucional que refleje su voluntad y avance en sus aspiraciones para una reforma política y económica" y señaló que "eso es exactamente lo que se merecen tener".
La secretaria de Estado reiteró su preocupación por los decretos de las autoridades militares frente a las elecciones alertando que “parecen expandir el poder de los militares para detener a civiles y acotar sus libertades civiles".
"Ateniéndonos a los compromisos asumidos por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ante el pueblo egipcio, esperamos ver una completa transferencia del poder a un gobierno elegido democráticamente", reiteró la diplomática.
El Tribunal Constitucional egipcio disolvió este jueves 14 de mayo de 2012 el parlamento del país africano mediante la anulación de un tercio de los escaños y poco después, la Junta Militar recuperó el poder legislativo.
Los militares también declararon inconstitucional la poémica ley de Aislamiento mediante la cual se pretendía vetar el acceso a puestos de responsabilidad públicos a exfuncionarios de Hosni Mubarak.
Apenas quedan dos días para que tenga lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto, y estos hechos confirman definitivamente la candidatura de Ahmed Shafiq, antiguo primer ministro de Mubarak, que pudo haber quedado fuera de la elección en virtud de la ley derogada.
El otro candidato es Mohamed Morsi, del partido Libertad y Justicia, vinculado a los Hermanos Musulmanes.
Shafiq, quien compareció ante los medios en rueda de prensa, declaró que el fallo del Tribunal Constitucional ha sido "histórico". El candidato aseguró que, en su opinión, "ha terminado la época del aprovechamiento de las instituciones del Estado en favor de un determinado grupo".
Los acontecimientos han enfurecido a los jóvenes revolucionarios, que se han enfrentado contra las fuerzas del orden, caldeando un ambiente que ya se encontraba agitado desde la pasada semana, cuando miles de personas exigieron el cumplimiento de la ley de aislamiento en la simbólica plaza Tahrir.
Sólo un día antes el Ministerio de Justicia había devuelto a los militares egipcios el poder de detener a civiles sospechosos de comisión de delitos, una medida que compensaba los poderes perdidos por el Ejército con la derogación del estado de emergencia que se produjo en mayo.
Egipto celebró sus primeras elecciones democráticas el pasado mes de noviembre, pero este giro pone en juego la estabilidad del nuevo sistema que llegó con la pérdida del poder que Hosni Mubarak, ahora condenado a cadena perpetua por represión civil, había acaparado durante 30 años.
"No puede haber un retroceso en la transición democrática propiciada por el pueblo egipcio", señaló la jefa de la diplomacia estadounidense en una conferencia de prensa.
Clinton recordó las fuertes manifestaciones que realizaron los egipcios durante el 2011 señalando que "dejaron en claro que quieren un presidente, un parlamento y un orden constitucional que refleje su voluntad y avance en sus aspiraciones para una reforma política y económica" y señaló que "eso es exactamente lo que se merecen tener".
La secretaria de Estado reiteró su preocupación por los decretos de las autoridades militares frente a las elecciones alertando que “parecen expandir el poder de los militares para detener a civiles y acotar sus libertades civiles".
"Ateniéndonos a los compromisos asumidos por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ante el pueblo egipcio, esperamos ver una completa transferencia del poder a un gobierno elegido democráticamente", reiteró la diplomática.
El Tribunal Constitucional egipcio disolvió este jueves 14 de mayo de 2012 el parlamento del país africano mediante la anulación de un tercio de los escaños y poco después, la Junta Militar recuperó el poder legislativo.
Los militares también declararon inconstitucional la poémica ley de Aislamiento mediante la cual se pretendía vetar el acceso a puestos de responsabilidad públicos a exfuncionarios de Hosni Mubarak.
Apenas quedan dos días para que tenga lugar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto, y estos hechos confirman definitivamente la candidatura de Ahmed Shafiq, antiguo primer ministro de Mubarak, que pudo haber quedado fuera de la elección en virtud de la ley derogada.
El otro candidato es Mohamed Morsi, del partido Libertad y Justicia, vinculado a los Hermanos Musulmanes.
Shafiq, quien compareció ante los medios en rueda de prensa, declaró que el fallo del Tribunal Constitucional ha sido "histórico". El candidato aseguró que, en su opinión, "ha terminado la época del aprovechamiento de las instituciones del Estado en favor de un determinado grupo".
Los acontecimientos han enfurecido a los jóvenes revolucionarios, que se han enfrentado contra las fuerzas del orden, caldeando un ambiente que ya se encontraba agitado desde la pasada semana, cuando miles de personas exigieron el cumplimiento de la ley de aislamiento en la simbólica plaza Tahrir.
Sólo un día antes el Ministerio de Justicia había devuelto a los militares egipcios el poder de detener a civiles sospechosos de comisión de delitos, una medida que compensaba los poderes perdidos por el Ejército con la derogación del estado de emergencia que se produjo en mayo.
Egipto celebró sus primeras elecciones democráticas el pasado mes de noviembre, pero este giro pone en juego la estabilidad del nuevo sistema que llegó con la pérdida del poder que Hosni Mubarak, ahora condenado a cadena perpetua por represión civil, había acaparado durante 30 años.