Se conoce como ‘entrenamiento funcional’. En verdad, es una práctica que todos hacemos día a día, de forma inconsciente. Se trata de hacer ejercicio siguiendo las actividades de la vida cotidiana, como cargar la compra del supermercado o levantar a un bebé.
"La aptitud funcional ha ido más allá de la etapa de tendencia, y es simplemente uno de los motores de muchos de los 50 millones de miembros del club de salud", dijo Meredith Poppler de IHRSA (Asociación de Racquet para la Salud Internacional).
Se trata básicamente de ejercicios destinados a mejorar la calidad de vida y movimiento.
"Aptitud funcional es el ejercicio que imita las tareas cotidianas", explicó Frank Salzone, un entrenador con la cadena de Equinoccio de centros de fitness. "Siempre pongo a mis clientes personales en forma a través de la capacitación funcional".
La idea de un cuerpo sano ha estado ligada en los últimos años a la imagen de gimnasios y eternas horas cargando pesas. Sin embargo, hacer ejercicio puede ser algo más sencillo cuando se utiliza la energía de los movimientos usuales.
El dogma de esta nueva práctica se llama ‘VIPR’: vitalidad, el rendimiento y reacondicionamiento.
"El entrenamiento funcional es básicamente un tipo de entrenamiento que mejora la función", dijo Heather Sieker, portavoz de Life Fitness. "Podría ser la función en un deporte específico, el trabajo, o incluso en función de la vida diaria".
"Mi definición de ajuste es tener una vida sana, con un buen funcionamiento del cuerpo en el que es capaz de hacer movimientos funcionales sin lastimarse", dijo Salzone. "Si usted está funcionando un autobús, usted quiere que su ritmo cardíaco pueda ir más alto, sin riesgo".