El canciller ruso minimiza el impacto de la invasión a Ucrania en la crisis alimentaria

El canciller de Rusia, Sergey Lavrov, acusó a Occidente de convertir “una cuestión menor” en una “catástrofe universal”. Sin embargo, datos del Banco Mundial o del Consejo Internacional de Cereales sobre el grano ucraniano lo desmienten.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, visitó Turquía el pasado 8 de junio para discutir la apertura de corredores marítimos que permitan la exportación de grano ucraniano. Durante una comparecencia con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, restó importancia al impacto del bloqueo de esas exportaciones en los puertos del mar Negro.

Lavrov acusó a Occidente de convertir una “cuestión menor” en una “catástrofe universal”. Aseguró que “el grano ucraniano en cuestión representa menos del 1 % de la producción mundial de trigo y otros cereales”. “Por lo tanto”, sostuvo, “la situación actual del grano ucraniano no tiene nada que ver con la crisis alimentaria”.

Sin embargo, esto es falso. Aunque muchos factores impulsan la inseguridad alimentaria mundial, la invasión rusa a Ucrania y el bloqueo naval a las exportaciones de su grano afectarán a otros países, sobre todo los de bajos ingresos.

Además, si bien el grano atascado en puertos ucranianos puede ser menos del 1 % del global, el dato minimiza la responsabilidad de Rusia y la importancia de los cereales ucranianos para el suministro mundial.

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Producción y exportación, asuntos diferentes

El Consejo Internacional de Cereales (CIC), que desde 1949 fomenta la cooperación en ese mercado, prevé que se van a producir unas 2.300 millones de toneladas de granos para el mercado en 2021-22. De esa cantidad, 25 millones están atrapadas en los puertos ucranianos, según informó Reuters.

No obstante, la producción y la exportación de cereales son asuntos diferentes. El CIC estima que el comercio mundial de cereales para el mercado 2021-22 será de 416 millones de toneladas, menos de una cuarta parte de la producción total prevista. Por lo tanto, los 25 millones de toneladas varadas de Ucrania representarían un 6 % del comercio mundial.

La India, el segundo mayor productor de trigo, con alrededor del 13,5 %, representa menos del 1 % de las exportaciones mundiales. La mayor parte se consume en el país. Mientras tanto, las exportaciones de trigo y maíz de Ucrania se estimaron en un 10,5 % y un 12,8 %, respectivamente, de las exportaciones mundiales de 2021, según S&P Global Market Intelligence GTAS Forecasting.

Varios países de bajos ingresos dependen de las exportaciones de trigo de Rusia y Ucrania. Por ejemplo, Egipto, con 103 millones de habitantes, importa cerca del 80 % de su trigo de ambos, de acuerdo con Reuters.

Así lo explica en un video del Banco Mundial su vicepresidente de Desarrollo Sostenible, Juergen Voegele, quien señala que el trigo es un alimento básico para el 35 % de la población mundial.

“Rusia es el mayor exportador de trigo del mundo, con cerca del 18 %, casi el 20 %, de las exportaciones mundiales en 2021. Y Ucrania representa otro 10%. Ahora bien, no son los mayores productores de trigo —son la India y China—, pero son los mayores exportadores [...] Por tanto, [la invasión rusa es] un impacto muy significativo”.

Con sus puertos bloqueados, atacados o tomados por Rusia, como en las ciudades de Mariúpol y Sebastopol, Ucrania se ha visto obligada a enviar el grano por tierra, reduciendo drásticamente los volúmenes de exportación. Esto perjudica a los países de bajos ingresos.

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En un informe de marzo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) advertía de que “más del 5 % de la canasta de importación de los países más pobres son productos que pueden sufrir una subida de precios por la guerra en Ucrania”. Esa proporción para los países más ricos “es inferior al 1 %”.

Libia, el Líbano, Mauritania, Somalia y Túnez dependen en gran medida del trigo ucraniano, según los datos de la UNCTAD.

“En 81 países en los que trabaja el Programa Mundial de Alimentos, se espera que el hambre agudo aumente en 47 millones de personas si el conflicto en Ucrania continúa sin interrupción, lo que supone un aumento del 17 %, con las subidas más pronunciadas en el África subsahariana", advirtió este proyecto de la ONU.

La subida de precios

El índice de precios de los cereales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en mayo de 2022 aumentó “hasta un [29,7 %] por encima de su valor de mayo de 2021”. Los precios internacionales del trigo también subieron durante cuatro meses seguidos.

En marzo, el índice de precios de los alimentos de la FAO, una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimentarios, alcanzó su punto más alto “desde que se iniciaron los registros en 1990”, debido a la paralización de las exportaciones ucranianas por la invasión rusa, informó Reuters en mayo.

Hay otros factores que hacen subir los precios de los alimentos. El calor extremo y las condiciones de sequía en todo el mundo, especialmente en el Cuerno de África, están poniendo en peligro a millones de personas con hambre e inseguridad alimentaria.

La guerra en Ucrania, mientras tanto, también juega su papel. “El fuerte aumento de los precios del trigo se produjo en respuesta a la prohibición de las exportaciones anunciada por la India en medio de la preocupación por las condiciones de las cosechas en varios de los principales países exportadores, así como por la reducción de las perspectivas de producción en Ucrania a causa de la guerra”, señaló la FAO.

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Sobre la logística, Voegele aseguró que “hay suficiente trigo en el planeta y la siembra de más trigo esta primavera y verano compensará el déficit en gran medida si las exportaciones siguen bloqueadas fuera de Ucrania y Rusia”. Por lo tanto, no es un problema de suministro total, sino que los países que están acostumbrados a importar [de Ucrania y Rusia] ahora tienen que ajustarse, y eso será muy costoso".

Mientras tanto, Lavrov intentó culpar de la inminente crisis alimentaria a las sanciones económicas occidentales por la invasión rusa de Ucrania, y ofreció levantar el bloqueo a cambio de un alivio de las medidas. También culpó a Ucrania de colocar minas alrededor de la ciudad portuaria de Odesa, pero Kiev ha dicho que no puede retirarlas sin garantías contra un asalto anfibio ruso.

Rusia diezmó la ciudad portuaria de Mariúpol y recientemente atacó un complejo de terminales de grano. “Otro ataque ruso con misiles que contribuye a la crisis alimentaria mundial. Las fuerzas rusas han destruido la segunda terminal de grano más grande de Ucrania, en Nicolaiev”, tuiteó el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell. “A la luz de estos informes —apuntó—, la desinformación difundida por Putin para desviar la culpa se vuelve cada vez más cínica”.

Estados Unidos también alega que Rusia está intentando vender el grano ucraniano saqueado a los países africanos afectados por la sequía, según informó The New York Times. Rusia, por su parte, ha negado esta acusación.

En la conferencia de prensa de Turquía, un periodista ucraniano incluso se enfrentó a Lavrov al respecto: “Aparte de los cereales, ¿qué otros bienes robó de Ucrania y a quién se los vendió?”, preguntó. “Ustedes [los ucranianos] siempre están preocupados por lo que pueden robar y creen que todo el mundo piensa así”, fue la respuesta del canciller ruso.

Acto seguido, Lavrov repitió las afirmaciones ya desmentidas de que Rusia está salvando a la población de Ucrania “de la presión del régimen neonazi” y que no obstruye la circulación del grano en Ucrania.

[Publicado por Polygraph.info]

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