Aunque los fanáticos de todo el mundo celebran la Copa Mundial de Fútbol en Rusia, los monitores de cese el fuego al otro lado de la frontera en el este de Ucrania, dicen que ha habido un aumento significativo de violencia en los últimos días, incluido el uso de armas pesadas y misiles tierra-aire.
“La semana pasada, por ejemplo, en total hemos visto más de 7.400 infracciones de alto el fuego. Fue un aumento de un 20% en comparación con la semana anterior. Y este incluyó muchas veces el uso de armas pesadas”, dijo a la VOA esta semana el subjefe monitor de la Misión especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) Alexander Hug.
Es una guerra que se libra al otro lado de la frontera donde cientos de miles de aficionados asisten a la Copa del Mundo. El estadio de Rostov-on-Don se encuentra a solo 200 kilómetros del frente de batalla.
Los observadores de la OSCE dicen que ambas partes están violando el alto fuego, aunque la mayoría de las violaciones son llevadas a cabo por las fuerzas respaldadas por Rusia.
El 15 de junio, dispararon dos misiles tierra-aire contra un avión no tripulado utilizado por la OSCE para vigilar las líneas del frente, no lejos de donde el vuelo MH17 de Malaysia Airlines fue derribado en 2014. Los misiles no alcanzaron su objetivo, y el incidente fue capturado por las cámaras del dron.
“Solo hay una razón por la cual esto está sucediendo. Es porque los que interfieren con nuestra tecnología, los que detienen nuestras patrullas, quieren evitar que veamos los hechos sobre el terreno”, comentó Hug.
El Acuerdo de Minsk de 2015 para poner fin al conflicto tiene como objetivo asegurar un alto el fuego y allanar el camino para las elecciones regionales, pero se rompe rutinariamente.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habló por teléfono el jueves con su contraparte ucraniano, Petro Poroshenko, y los medios de comunicación sugieren que los dos lados están lejos de convenir en cómo implementar el acuerdo.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia, Ucrania, Alemania y Francia que se reunieron la semana pasada no lograron ponerse de acuerdo sobre el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU.
“Las ideas de cómo debería ser ese mandato, como se formaría, y sobre que territorio tendría autoridad todavía están muy distantes”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, a periodistas después de la reunión del 12 de junio.
Mientras tanto, hay pocas esperanzas de terminar el conflicto pronto. En las afueras de Donetsk, la capital de facto de los rebeldes respaldados por Rusia en el este de Ucrania, los combatientes rebeldes están cavando nuevas trincheras.
“Ya sabes como dice el refrán, si quieres la paz, prepárate para la guerra”, mencionó Andrei, un luchador rebelde de la autoproclamada República Popular de Donetsk.