El Ejército mexicano informó la muerte de 19 sospechosos en un enfrentamiento que no tuvo ninguna baja militar y que ocurrió en el noroeste mexicano, donde siguen los choques entre dos facciones del Cartel del Sinaloa. Poco antes fue detenido un presunto narcotraficante.
Según indicó la Secretaría de la Defensa en un comunicado emitido en las últimas horas del martes, hubo un enfrentamiento en las afueras de Culiacán, capital de Sinaloa, donde la violencia repuntó desde principios de septiembre después de la detención en julio en Estados Unidos de dos líderes del cartel, Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López, uno de cada grupo en liza.
El Ejército explicó que sus tropas fueron atacadas por más de 30 individuos de la facción de “El Mayo”. Un total de 19 armados fueron abatidos y el resto se dio a la fuga.
Los gobiernos del actual partido oficialista Morena han criticado a administraciones anteriores por el desigual número de bajas que había en sus operativos, donde morían muchos sospechosos pero ningún soldado, sugiriendo que constituían ejecuciones o abusos.
En el comunicado, el ejército aseguró que “el personal militar actuó con estricto apego al Estado de Derecho y con pleno respeto a los derechos humanos y a la ley nacional sobre el uso de la fuerza".
Antes del enfrentamiento fue detenido un hombre, que presuntamente había estado involucrado en la violencia de las últimas semanas en apoyo de la facción de “El Mayo” y que las autoridades identificaron como Edwin Antonio “N”, alias “El Max”.
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La actual ronda de enfrentamientos estalló después de que Zambada afirmó que fue secuestrado por Guzmán López y obligado a subir a un avión que llevó a los dos narcotraficantes el 25 de julio a Estados Unidos, donde fueron detenidos por las autoridades de ese país.
Guzmán López es miembro de la facción conocida como “Los Chapitos” que está formada por los hijos del exlíder del cartel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, actualmente cumpliendo cadena perpetua en una cárcel de Estados Unidos.
El tiroteo del lunes fue el enfrentamiento más desigual desde la matanza de 22 sospechosos a manos de soldados en un almacén en el municipio de Tlatlaya, en el Estado de México, en 2014.
Aunque en esa ocasión algunos de ellos murieron en un tiroteo inicial con una patrulla del ejército —en el que resultó herido un soldado—, una investigación oficial posterior de derechos humanos determinó que al menos ocho y quizá hasta una docena de sospechosos fueron ejecutados por los militares después de rendirse.
Siete soldados fueron detenidos, puestos en libertad y detenidos de nuevo años después acusados de abuso de autoridad.
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