La economía de América Latina casi no crecerá este año, mientras que Venezuela seguirá sintiendo el “impacto devastador” de la recesión y la crisis humanitaria y su actividad económica continuará retrocediendo, dijo este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su segundo informe de 2019.
A pesar del pobre pronóstico para América Latina en lo que queda del año, el FMI dice en su reporte que la perspectiva para el 2020 es mucho mejor para la región, con un vaticinio de crecimiento del 1,8 por ciento.
La situación en Venezuela es mucho peor. El organismo económico internacional volvió a llamar la atención sobre la crisis humanitaria que atraviesa el país y el efecto nocivo de la recesión, y pronosticó una pérdida del 35% de la musculatura económica este año y que la actividad retrocedería un 10% en 2020.
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EL FMI, con sede en Washington, destacó en su informe los difíciles panoramas de Brasil y México y la crisis en Argentina. En general, aludió a escenarios políticos volátiles y prospectos fiscales debilitados que agudizan los efectos de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
El FMI señaló a Brasil como uno de los lastres importantes entre las economías en desarrollo, en vista de las graves interrupciones de sus cadenas suministros en la minería que han frenado la actividad durante los primeros nueve meses del año.
En México, donde la inversión ha permanecido débil y el consumo privado se ha ralentizado ante la incertidumbre por las políticas del Gobierno, el PIB crecerá 0,4% en 2019 y repuntará tímidamente 1,3% en 2020, dijo el FMI, al aplicar recortes de 0,5 y 0,6 puntos porcentuales para los dos años en relación a su último informe de julio.
Además de la desaceleración en Chile y Perú proyectadas en respuesta al menor dinamismo de inicios de este año, el FMI estimó que la producción nacional de Ecuador se contraerá 0,5%, desde el crecimiento de 1,4% del 2018, ante el deterioro de sus arcas fiscales y la inestabilidad política.
El pequeño país petrolero ha sufrido en las últimas semanas sus peores disturbios en más de una década, derivados del fuerte rechazo público a las medidas de austeridad del presidente Lenín Moreno para contener el abultado déficit.
“En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al comienzo del año en todas las grandes economías, en su mayoría por factores locales específicos”, destacó la entidad.
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Las cifras regionales están en línea con las proyecciones más amplias del FMI en su reporte trimestral, que prevén un crecimiento de 3% a nivel global en 2019, el ritmo más débil desde la crisis financiera de hace casi una década.
El FMI rebajó de nuevo sus previsiones de crecimiento de la economía mundial al 3 % este año y al 3,4 % en 2020, dos y una décima menos, respectivamente, de lo pronosticado en julio, debido al “agudo deterioro” de la actividad manufacturera y el comercio.
“La economía global está en un frenazo sincronizado”, indicó la economista jefa del FMI Gita Gopinath al presentar el informe de Perspectivas Económicas Globales.
A las situaciones específicas de los países se suman la ralentización del comercio, el enfriamiento de los segmentos manufactureros y la menor productividad que aflige en especial a las naciones en desarrollo, dijo el Fondo.
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