Una década antes de que Michigan y su principal ciudad se convirtieran en otro foco importante de coronavirus en Estados Unidos, las autoridades recortaron constante y drásticamente el gasto en salud pública.
Al acercarse a la bancarrota, Detroit disolvió la mayor parte de su departamento de salud pública y lo delegó a una organización privada sin fines de lucro. Cuando el departamento reabrió en 2014 en la parte trasera de la oficina de estacionamiento municipal, su presupuesto per cápita era apenas una fracción de lo que se necesitaba.
Durante siete años consecutivos, la entonces directora de salud pública, Renee Branch Canady, buscaba qué más recortar. "Sólo era cortar, cortar, cortar", dijo Canady. Cuando ella se fue en 2014, todos los educadores de salud, que enseñan a las personas cómo prevenir enfermedades, ya se habían ido.
Lo que sucedió en Michigan también pasó en todo Estados Unidos después de la recesión de 2008. Y aunque la economía se recuperó, los fondos de salud pública no lo hicieron, de acuerdo con expertos y cifras del presupuesto.
El déficit persistió a pesar de varios brotes alarmantes, desde influenza H1N1 hasta ébola, y ha dejado a Estados Unidos vulnerable frente al COVID-19, dicen los expertos.
Los recortes llegaron con administraciones demócratas y republicanas. Si bien no existe un número único que refleje todos los gastos federales, estatales y locales, el presupuesto para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia central de salud pública, cayó 10% entre los años fiscales 2010 y 2019, según un análisis de Trust for America's Health, una organización de investigación y defensa de la salud pública.
Entre 2008 y 2017, los departamentos de salud estatales y locales perdieron más de 55.000 empleos, una quinta parte de su fuerza laboral.
El estado de Nueva York es donde hoy hay más casos de COVID-19 en Estados Unidos, pero los números están aumentando en lugares como Detroit, donde la ciudad se acercaba el domingo a 4.000 casos, con 129 muertes.
En Kansas, el exgobernador Sam Brownback propuso un "experimento de estado en rojo" para recortar los impuestos. El gasto estatal en salud pública, sin incluir los fondos federales, cayó 28% entre 2008 y 2016.
En Maine, la administración del exgobernador Paul Le Page dejó de reemplazar a las enfermeras públicas que atendían a las familias durante la crisis de los opioides. De haber 60 enfermeras, quedaban unas 20 hasta que la legislatura decidió actuar.
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El número de casos confirmados del coronavirus superaba el domingo 1,2 millones a nivel mundial, con casi 66.000 decesos, de acuerdo con el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
En la mayoría de la gente, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero en algunos, sobre todo en adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes, puede causar afecciones más graves como neumonía o incluso la muerte.