El Gran Chaco, en Argentina, una zona que se enfrenta a la deforestación
El Gran Chaco, una región del doble del tamaño de California que se extiende por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, alberga el segundo bosque más grande de América del Sur, después del Amazonas.
Sin embargo, el aumento en la tala de árboles para dar paso a granjas de soya y ganado a gran escala para satisfacer la demanda mundial de alimentos, preocupa a las comunidades que habitan la zona.
Un nuevo acuerdo comercial entre el bloque Mercosur y la Unión Europea podría significar más exportaciones del Gran Chaco y más limpieza de tierras. Aunque, es probable que la Unión Europea establezca reglas estrictas para restringir la deforestación.
“El acuerdo es para el mundo económico y empresarial... Para nosotros como comunidad indígena, la realidad es que no somos parte de estos acuerdos. Nunca estuvimos en las negociaciones. Nunca nos tomaron en cuenta”, dice Noole, de la comunidad indígena Pilaga.
"Desde que se llevó a cabo la limpieza, la temperatura es aún más alta. Y el viento sopla desde el norte sin nada que lo detenga", cuenta Teófila Palma, para quien es evidente el impacto que ha tenido en el microclima local.
Los desmontes de tierras para cultivar soya y carne de res han llevado a la tala de unas 7 millones de hectáreas de bosque nativo en Argentina entre 1998 y 2021, casi todas en el Gran Chaco, según datos del gobierno.
Sin embargo, para algunos lugareños, la exportación agrícola genera empleo y desarrollo en una región con altos índices de pobreza.
"Nosotros, los Pilaga, nos vemos muy afectados por el desmonte, porque el desmonte provoca sequía", dice Noole, quien vive cerca de Las Lomitas, en el Gran Chaco.