La coalición liderada por Estados Unidos está decidida a interrumpir el comercio petrolero del grupo Estado Islámico en Siria, que rinde a los militantes unos $10 millones de dólares a la semana.
Pero mientras Occidente bombardea las instalaciones y camiones de ISIS, también está comprando indirectamente el petróleo de los yijadistas, dicen diplomáticos.
Horas después que la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña aprobara una propuesta del primer ministro David Cameron para extender la campaña de bombardeos contra ISIS a Siria, aviones británicos atacaron plantas petroleras controladas por los yihadistas.
A 56 kilómetros de la frontera oriental siria con Irak, cuatro cazas Tornado británicos atacaron instalaciones en el campo petrolero de Omar que ayuda a financiar a ISIS. Grupos sirios de monitoreo dicen que otros blancos petroleros fueron bombardeados por aviones de la coalición esta semana.
La coalición ha priorizado las instalaciones y la infraestructura petrolera como blancos. Sin embargo, ha evitado destruir los campos petroleros en sí, por temor a que la reconstrucción de Siria después de la guerra sea más difícil. Adicionalmente hay la preocupación de que bombardear los campos petroleros crearía un riesgo ambiental.
El complejo conflicto que ya lleva cuatro años, tiene muchas puntas. Una de ellas es que los gobiernos occidentales están ayudando indirectamente a financiar a ISIS.
Occidente da dinero a milicias rebeldes y grupos locales en el norte de Siria, controlado por rebeldes, quienes compran el combustible que necesitan a mediadores de ISIS.
"La mayoría de las organizaciones no están enviando combustible a Siria, sino dinero. Y a quién creen que lo están comprando? pregunta Bassam al-Kuwaiti, un activista político del sur de Turquía, quien trabaja con grupos locales y extranjeros caritativos, organizaciones de ayuda internacional y grupos de desarrollo privados financiados por EE.UU. y otras potencias occidentales.
"Todo el mundo está cerrando los ojos" dice al-Kuwaiti. Funcionarios de EE.UU. y europeos confirmaron a la Voz de América que la milicias rebeldes que respalda Occidente, ONGs sirias y las juntas locales que han surgido en áreas controladas por los insurgentes en el norte de Siria, están comprando combustible a ISIS. Todos hablaron bajo condición de anonimato.
Las organizaciones internacionales sin y con fines de lucro también prefieren ignorar las compras de combustible. "No escriba sobre este comercio", dijo un trabajador de ayuda alemán a la VOA. "No se atreva. Los grupos de asistencia dentro de Siria necesitan esto para operar", señaló.
Funcionarios de gobiernos occidentales y de organizaciones humanitarias dicen que habría muchos problemas logísticos para transportar el combustible a Siria desde Turquía, especialmente con el número de países que están participando en la campaña aérea contra ISIS. Sin combustible y petróleo, la rebelión contra el presidente Bashar al-Assad, colapsaría.
En julio, ISIS impuso un breve bloqueo de petróleo en el norte de Siria cuando perdió control de un pueblo en la frontera con Turquía. Los miitantes lanzaron una ofensiva al occidente de allí en otra población y ordenaron a sus mediadores suspender el envío de diesel y petróleo refinado a zonas bajo control rebelde en el norte de Siria, bajo la amenaza de decapitarlos.
El bloqueo no solo afectó a los rebeldes sino a los agricultores y hospitales que funcionan con generadores que provee Occidente. Panaderías, plantas de agua potable y la entrega de ayuda también fueron afectadas.
Irónicamente, el régimen de Assad también compra combustible a ISIS para su maquinaria de guerra. Funcionarios occidentales y de Irak lo descubrieron el junio de 2014, cuando computadores y bases de datos del grupo fueron confiscadas en casa de un comandante yijadista en Mosul.
La información asombró incluso a altos cargos iraquíes quienes dicen que se descubrió que ISIS no solo estaba recibiendo dinero del tráfico de petróleo y combustible sino también vendiendo a comerciantes en el extranjero, a otros grupos insurgentes sirios y al régimen de Assad.