El emir de Qatar arremetió este martes contra las críticas a su país por la organización del Mundial de la FIFA de 2002, que describió como una “campaña sin precedentes” contra el primer país árabe que celebra el torneo.
Desde la victoria de su candidatura hace una década, Qatar se ha visto cuestionada y criticada por su trato a los trabajadores inmigrantes y a la comunidad LGTBQ, entre otras cuestiones.
Los supuestos abusos contra las legiones de jornaleros con bajos salarios que mantienen en marcha la economía catarí y construyeron sus relucientes estadios para el Mundial han sido un tema constante de protestas en todo el mundo, especialmente en Europa.
Qatar ha rechazado esas críticas de forma reiterada, insiste en que el país ha mejorado las protecciones a trabajadores inmigrantes y afirma que los argumentos en su contra están desactualizados.
En un discurso televisado ante el organismo legislativo del emirato, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani dijo el martes que “Qatar se ha visto sometido a una campaña sin precedentes que ningún país anfitrión había enfrentado nunca antes”.
También lea Se han vendido 2,5 millones de entradas para el Mundial“La campaña tiende a continuar y crecer para incluir invenciones y dobles raseros tan agresivos que por desgracia hicieron que mucha gente se preguntara los motivos y razones reales”, dijo.
Grupos de derechos han reconocido que Qatar mejoró su legislación laboral, por ejemplo, al introducir en 2020 un salario mínimo mensual de 275 dólares y desmantelar el sistema “kafala” que impedía a los trabajadores cambiar de empleo o abandonar el país sin consentimiento de sus empleadores.
Sin embargo, los activistas piden más reformas.
En los últimos meses también ha crecido la presión sobre Qatar por su criminalización de la homosexualidad. La ley catarí contempla una pena de prisión de entre uno y tres años para adultos condenados por relaciones sexuales homosexuales consentidas.
También lea Uruguay, lista para Qatar con Valverde de líderLas federaciones europeas de fútbol anunciaron el mes pasado su intención de que los capitanes llevaran un brazalete con un corazón arcoíris como parte de una campaña contra la discriminación durante partidos internacionales.
En su discurso, el jefe Tamim prometió que la atención provocada por el mayor evento deportivo del mundo también beneficiaría a Qatar.
“Esta ha sido una gran prueba para un país del tamaño de Qatar que impresiona al mundo entero con lo que ya ha logrado y está logrando”, dijo.
El torneo comienza el 20 de noviembre y la final está prevista para el 18 de diciembre.
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