Clotilde Ravelo, una cubana que se acerca a 90 años, acaba de fracturarse la cadera, lo que ha empeorado su salud mientras la mayor parte de su familia ha emigrado al exterior, dejando atrás un asunto apremiante: ¿Quién cuidará de ella?
El sector privado, que ha crecido rápidamente en cuba, ha tomado las riendas de su cuidado.
Los nietos de Ravelo -dos de ellos que viven en Estados Unidos, uno en España y otra en Cuba- han contratado recientemente a un cuidador privado para atender sus necesidades diarias en el hogar.
El cuidado de los ancianos en Cuba ha sido durante mucho tiempo preocupación de las familias, pero a medida que la emigración se ha incrementado con notoriedad, algunos cubanos buscan alternativas en el creciente sector privado.
"Necesito una cuidadora porque me he caído, me he fracturado la cadera", dijo Ravelo a Reuters en su modesto apartamento del distrito El Vedado, en La Habana, a donde ha llegado su cuidadora Dorayne González, quien le prepara una sesión matutina de gimnasia.
"No puedo caminar sola", dijo la anciana, una de las 105 clientes que actualmente reciben la atención de Tatamanía, un negocio privado atención a ancianos, discapacitados y niños enfermos.
Una de cada cuatro personas en la isla, de unos 11 millones de habitantes, ha rebasado los 60 años de edad, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en 2022.
Además, una emigración sin precedentes en los últimos años, avivada por la escasez de alimentos, combustible y medicinas, ha provocado que muchos ancianos se hayan quedado sin nadie que pueda ayudarles en casa.
Yadira Álvarez, presidenta de Tatamanía, dijo que su empresa comenzó a llenar este vacío en 2022 y apuntó que es el primer negocio privado para cuidados aprobado en la isla tras una reforma en 2021, que dio luz verde a emprendimientos privados que habían estado prohibidos desde principios de la revolución de Fidel Castro en 1959.
Actualmente - dijo - Tatamanía brinda atención en cuatro provincias, incluida La Habana, su capital, las 24 horas del día y los siete días de la semana en hospitales y hogares.
La empresa cobra a sus clientes entre 150 y 220 pesos (47-69 centavos de dólar) por hora, dependiendo del programa de atención, una tarifa que pocos pueden pagar en Cuba, donde el salario estatal promedio mensual es inferior a 5.000 pesos al tipo de cambio actual del mercado negro.
"La mayoría de nuestros clientes son personas que viven en el extranjero y que pueden pagar los servicios prestados a aquellos que han dejado atrás y son vulnerables", dijo la pediatra de 45 años de edad.
No hay datos disponibles públicamente sobre cuántas personas de la tercera edad viven solas en Cuba. El Gobierno ha proporcionado cuidados en hogares a ancianos vulnerables y discapacitados, mientras la atención médica es gratuita aunque sufren escasez en medio de la crisis económica.
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