Cuando los líderes del grupo de las siete democracias más ricas iniciaron su cumbre el viernes en Hiroshima, Japón, con una visita al Monumento a la Paz de la ciudad, una enorme estructura al aire libre que captura la devastación causada por la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial, expresaron su compromiso de "lograr un mundo sin armas nucleares, con seguridad para todos, sin menoscabo".
Los líderes se reunieron con un sobreviviente de la bomba y depositaron ofrendas florales en un cenotafio en honor a las víctimas, a la vista del Domo Genbaku, la única estructura que quedó en pie tras el ataque de las fuerzas estadounidenses en agosto de 1945 y que había matado a 140.000 personas a finales de año.
El primer documento de los líderes del G-7 que se enfoca en el desarme nuclear señala a Rusia por su "retórica nuclear irresponsable, socavando los regímenes de control de armas y su intención declarada de desplegar armas nucleares en Bielorrusia", y a China por "acelerar la acumulación de armas nucleares sin transparencia".
Los líderes reafirman su objetivo hacia un "abandono completo, verificable e irreversible" de los programas de armas nucleares y misiles balísticos de Corea del Norte. E instan a Irán a "cesar su escalada nuclear".
Sumándose a la urgencia del desarme y al sombrío telón de fondo, la presencia de un líder que personifica la amenaza de la Tercera Guerra Mundial. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, asistirá en persona a la cumbre del G-7 el domingo, confirmó un funcionario ucraniano.
También lea Zelenskyy estará presente en la cumbre del G7El anfitrión de la cumbre, el primer ministro japonés Fumio Kishida, cuya familia es de Hiroshima, eligió el lugar para resaltar los peligros de las armas nucleares en medio de las pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte, las actividades aceleradas de enriquecimiento de uranio de Irán, la rápida acumulación militar de China y la amenaza de Rusia de desplegar armas nucleares tácticas.
"Creo que el primer paso hacia cualquier esfuerzo de desarme nuclear es brindar una experiencia de primera mano de las consecuencias del bombardeo atómico y transmitir con firmeza la realidad", dijo Kishida antes de la cumbre.
Antes de la importante reunión, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a los líderes del G-7 a adoptar una política de no uso de armas nucleares y a que los estados con armas nucleares declaren que no las usarán "en ninguna circunstancia", una perspectiva poco probable, en medio del aumento de tensiones que ha involucrado a las principales potencias nucleares.
Según el Tratado de No Proliferación, Estados Unidos, Rusia, Francia, China y el Reino Unido se definen como estados con armas nucleares: aquellos que construyeron y probaron un dispositivo explosivo nuclear antes del 1 de enero de 1967. India, Pakistán y Corea del Norte han declarado que poseen armas nucleares, mientras que se cree que Israel las posee.
Disuasión extendida
El desarme nuclear es un hilo conductor que Kishida debe tejer en medio del deseo de Tokio de una mayor disuasión estadounidense. En su reunión del jueves, Biden reafirmó a Kishida el "compromiso de disuasión extendida de Washington utilizando toda la gama de capacidades de Estados Unidos".
Esas capacidades incluyen armas nucleares, dijo el viernes a la Voz de América el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Si bien Biden quiere cumplir con los tratados de no proliferación nuclear, dijo Kirby, es importante que el paraguas nuclear de EEUU que beneficia a los aliados del acuerdo, incluidos Japón y Corea del Sur, permanezca en su lugar, creíble y modernizado.
Kirby no confirmó si la administración tiene la intención de ampliar un acuerdo de disuasión nuclear que firmó en abril con Seúl, para incluir a Tokio.
También lea Líderes del G7 comienzan a llegar a Japón para cumbre en HiroshimaEl acuerdo, llamado simplemente la Declaración de Washington, afirma que Seúl no perseguiría su propio programa de armas nucleares a cambio de una presencia estadounidense más fuerte en la región y un papel más importante en la toma de decisiones en la planificación de contingencia de Estados Unidos en caso de un ataque nuclear de Corea del Norte.
"Una lógica similar también se puede aplicar a Japón", dijo Ken Jimbo, exasesor del Ministerio de Defensa de Japón que ahora enseña en la Universidad de Keio, señalando los mayores desafíos de seguridad que enfrenta el país.
Si bien Japón y EEUU quieren que el desarme global sea el objetivo final, dijo Jimbo a la VOA, fortalecer la disuasión nuclear extendida en la región es una prioridad importante para ambos.
Biden, Kishida y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, planean reunirse al margen de la cumbre. Corea del Sur no es parte del G-7, pero ha sido invitada por Japón para discutir preocupaciones comunes, incluida la amenaza nuclear de Pyongyang.
Sin embargo, dado el impulso de Japón por el desarme en la cumbre, es poco probable que se plantee una extensión de la Declaración de Washington en Hiroshima, dijo Sheila Smith, experta en política exterior japonesa del Consejo de Relaciones Exteriores.
“Una expectativa más realista es que el presidente Yoon, el presidente Biden y el primer ministro Kishida hablarían sobre sistemas integrados de radar de misiles y una agenda más práctica y pragmática para la cooperación trilateral en seguridad”, dijo Smith a la VOA.
Señaló que un impulso continuo de mejora en la relación trilateral también sería una muy buena señal política para Beijing de que no puede dividir a los aliados de Estados Unidos en la región.
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