En Fotos | Emergencia en Quito por incendio forestal: afecta viviendas y llena de humo la ciudad
Un grave incendio forestal se desató al mediodía del martes 24 de septiembre en Quito, Ecuador. Comenzó en el barrio de Guápulo y se extendió gradualmente a las residencias cercanas y las zonas boscosas.
Las autoridades rápidamente intentaron controlar las llamas, en un momento en que una histórica sequía está agotando los recursos del país suramericano.
El alcalde Pabel Muñoz dijo que “estamos catalogando a estos actos de criminales y terroristas”, por los cuales hay “más de 100 familias evacuadas, fundamentalmente por razones preventivas”, además de dos bomberos heridos. La ministra del Interior, Mónica Palencia, pidió a la ciudadanía información para localizar a los responsables y cómplices de estos siniestros.
Durante la tarde, el fuego se propagó hacia varias zonas residenciales y el humo se veía a kilómetros de distancia, formando una capa gris sobre la ciudad. Decenas de familias de distintos sectores fueron evacuadas ante el riesgo. No se han reportado víctimas mortales, ni heridos de gravedad.
El presidente ecuatoriano Daniel Noboa Azín, que está en Nueva York para asistir a la asamblea general de Naciones Unidas, informó la noche del martes que suspenderá su agenda y regresará al país. “Si se encuentra que esto ha sido causado intencionalmente, los implicados serán procesados por terrorismo”, dijo en su cuenta de X.
En medio del desespero, habitantes de la zona se sumaron a las labores para intentar apagar las llamas y evitar que alcanzaran sus viviendas. "No pudimos rescatar nada, recién llegamos. No atinamos qué hacer, es algo desesperante, no se por qué nos pasa esto", dijo Rosana Cepeda, habitante de Guápulo.
El cuerpo de bomberos de Quito desplegó por completo sus contingentes y sus unidades han trabajado continuamente para apagar las llamas. Mientras tanto, la jornada escolar presencial en la ciudad fue suspendida.
Ecuador atraviesa una aguda sequía que ha sido identificada por el gobierno como la peor en más de seis décadas y ha generado adicionalmente las condiciones para la propagación de grandes incendios forestales que ya han consumido cerca de 37.000 hectáreas.