Eduardo Godines está haciendo las maletas en Miami Beach. Hasta hace cuatro días era un mesero en uno de los restaurantes de Ocean Drive, la avenida más conocida de South Beach. Pero su jefe le dijo que, de momento, no iba a trabajar más debido a la grave situación por el coronavirus y porque había bajado la clientela.
La semana que viene tiene previsto viajar a Honduras, su país natal, para instalarse otra vez y comenzar una nueva vida allí. Cree que la propagación del COVID-19 hará mucho daño a la economía y, especialmente, al sector turístico. Por eso, prefiere “huir cuanto antes de aquí”.
"No sé cómo se van a pagar las facturas"
“El problema de todo esto que a nosotros nos han sacado de los restaurantes, sin ingresos, no sé cómo van a hacer para pagar las facturas”, relataba el hombre que aún estaba “en shock” por lo sucedido con su empleo.
Las perspectivas de futuro no son muy optimistas, pero hay que seguir adelante.
También lea El gobierno de Guatemala construye a pasos agigantados un hospital de contingencia ante COVID-19La mayoría de gobiernos locales y estatales han impuesto nuevas normativas en la regulación de los restaurantes: una medida que no cambiará hasta nuevo aviso.
En Miami Beach, como en muchos otros lugares de Estados Unidos, los restaurantes solo pueden operar para hacer entregas a domicilio o para recoger la comida en el establecimiento. Pero nadie se puede sentar ni tampoco comer ahí. Los funcionarios de salud consideran que evitando las aglomeraciones de personas ayudará a frenar la propagación del coronavirus.
En “Bulla Gastrobar”, en la ciudad de Doral (Florida), la cocina sigue funcionando a todo gas. El comedor está cerrado, pero la gente sigue acudiendo al local a recoger la comida.
El delivery y el pick-up: guía para sobrevivir
Brian Sapoznik, responsable del restaurante especializado en comida española, explica que, aunque ya ofrecían este servicio de recogida y entrega a domicilio, ahora están apostando al máximo por ello. No queda otro remedio y todo sea para asegurar la viabilidad del negocio.
“Nos estamos adaptando al delivery (envío a domicilio) y al pick-up (recogida en tienda), no hacemos ningún cargo en los envíos y hemos ampliado el radio a de 5 a 7,5 millas”, explicaba el hombre.
También lea Senado aprueba segundo paquete de ayuda ante crisis por coronavirusAsegura que “toca acostumbrarse en estos momentos” y está satisfecho porque, por lo menos, puede mantener a los chefs y a los cocineros que siguen trabajando en las instalaciones. Confía en que esta situación sea un simple bache temporal y que pronto puedan volver a operar con normalidad.
A pesar de los cambios, “todo está yendo muy bien, hemos tenido varias órdenes por Uber Eats y tenemos a mucha gente llamando y viendo nuestras ofertas por internet, Instagram o Facebook”, agregó.
Toca reinventarse
Michael Bianchi, un turista canadiense de 25 años que ahora vive en Nueva York, llegó al sur de la Florida para pasar unos días de descanso aprovechando el Spring Break. La noticia de la crisis sanitaria le tomó por sorpresa y ahora está preocupado por lo que pueda pasar.
“Es una locura porque muchísima gente va a morir. Además, no es bueno porque mucha gente va a perder dinero”, explica. Sin embargo, cree que los restaurantes deben aprovechar esta coyuntura para “reinventarse”.
También lea Coronavirus pone en la mira vulnerabilidades cibernéticas de EE.UU.“La gente también va a tener hambre y van a poder seguir comprando en los restaurantes si quieren, es una oportunidad para los dueños de negocios de comida”, relataba desde el restaurante mexicano “Dulce Vida” de Miami Beach.
A su lado estaba Anderson, el propietario del lugar, que minutos antes había salido por la playa a repartir volantes para promocionar su restaurante entre los pocos turistas que van quedando en la playa.
“La situación está un poco lenta, la gente está en pánico y los turistas no están llegando. Es un poco incómodo”, afirmaba confiado en “que pronto la cosa vuelva a la normalidad”.
El gobierno de EE.UU. ayudará a los más desfavorecidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un paquete de estímulo de 850,000 millones de dólares con el objetivo de hacer frente a los problemas económicos que se puedan derivar a raíz del COVID-19.
También lea ¿Cómo afrontar el aislamiento social durante el brote del coronavirus?