Estados Unidos prometió ayudar a las fuerzas iraquís a retomar el control de Ramadi, que el fin de semana cayó en manos del grupo Estado islámico, a sabiendas que las batallas que se avecinan podrían jugar a favor del grupo terrorista, se gana o se pierda.
Solo días después de decir que el Estado islámico estaba a la defensiva en Irak, el ejército de Estados Unidos trató el lunes de minimizar la caída de Ramadi, presentándola como una parte de la maraña y fluidez de “una batalla sangrienta y compleja” más grande.
“Desde hace tiempo sabemos que esto era una posibilidad”, dijo el portavoz del Pentágono, Coronel Steve Warren. “Lo que significa esto es que ahora tenemos, junto a nuestros socios iraquís, retomar Ramadi”.
“No se niega que esto es un retroceso”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz. “Tampoco se niega que ayudaremos a los iraquís a recuperar Ramadi”, agregó.
Estados Unidos se rehusó a establecer qué tanto tomará recuperar la ciudad situada a 125 kilómetros al oeste de Bagdad, la capital de Irak, diciendo que esa es una decisión de Irak, mientras el Pentágono enfatizó que el papel de EE.UU. estará limitado a proveer de apoyo aéreo a las operaciones iraquís en el terreno.
La pérdida de la ciudad es la peor derrota militar que ha sufrido el ejército iraquí desde que se inició a principios de año la ofensiva para detener el avance de los yihadistas.