El gobierno de Estados Unidos anunció el jueves que ha aumentado en 164 millones de dólares los fondos disponibles para ayuda internacional a países que tengan necesidades para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
El monto anunciado el jueves se suma a los 110 millones de dólares que habían sido anunciados en febrero por el secretario de Estado, Mike Pompeo. Los fondos serán manejados por la Agencia para el Desarrollo Internacional.
Los países beneficiados con la ayuda humanitaria deberán usar los fondos para proyectos de agua, sanitarios y de higiene, así como para reforzar sus campañas para combatir el coronavirus y mitigar las consecuencias económicas del brote.
Entre los países considerados prioritarios para estos fondos están Afganistán, Angola, Indonesia, Irak, Kazakstan, Kenia, Sudáfrica, Filipinas, Zambia, Cambodia, Etiopía, Laos, Mongolia, Nepal, Nigeria, Pakistán, Tailandia, y Vietnam, entre otros.
También lea EE.UU. distribuirá $274 millones entre ACNUR y países más expuestos al COVID-19“Bajo la dirección del presidente Donald Trump, el gobierno de Estados Unidos está respondiendo rápidamente”, dijo Bonie Glick, administradora asistente de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). “Estados Unidos estuvo entre los primeros países en ofrecer ayuda al pueblo chino, y somos los mayores contribuyentes económicos de la Organización Mundial de la Salud y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)”.
Glick explicó que ya en febrero, Estados Unidos envió a China unas 17 toneladas de suministros médicos donados por el pueblo estadounidense. La ayuda incluyó mascarillas, gasas, ventiladores médicos y otra ayuda vital. Las nuevas cooperaciones con países en vías de desarrollo no incluirá suministros que están escasos en Estados Unidos como mascarillas, batas, guantes o ventiladores médicos.
“Los Estados Unidos y el pueblo estadounidense representan a la nación más generosa en el mundo cuando se refiere a la ayuda extranjera”, agregó Glick. “Representamos esta generosidad a través del gobierno, industria, fundaciones, las comunidades religiosas, y cada estadounidense. Es lo que somos como nación. En la lucha contra el coronavirus, estamos salvando vidas, no lavándonos las manos”.
Los ofrecimientos de ayuda en la crisis del coronavirus han incluido asistencia humanitaria para Irán y China. El gigante asiático que fue el epicentro del brote, aceptó las 17 toneladas donadas por el sector privado. Pero Irán, un autoproclamado enemigo de Estados Unidos, aún no ha aceptado los ofrecimientos estadounidenses, explicó Jim Richardson, de la Oficina de Asistencia Extranjera en el Departamento de Estado.
“Yo no formo parte de esas conversaciones con Irán”, explicó Richardson. “Tendríamos que consultar sobre el estatus de esas conversaciones”.
Sobre China, el funcionario del Departamento de Estado, hizo énfasis en que la asistencia estadounidense no lleva condicionamientos políticos o económicos, contrastándolo con la ayuda de China que lleva condicionamientos que han sido criticados.
“Ellos piden concesiones para minería, piden acceso a puertos profundos, piden cartas de lealtad a los gobiernos, piden muchas cosas por lo que en esencia son préstamos, ni siquiera donaciones”, dijo Richardson. “Cualquiera que ha estado en naciones en desarrollo donde China está activa, puede ver esto ocurriendo una y otra vez”.