Estados Unidos defendió su decisión de no invitar a disidentes cubanos al histórico evento de reapertura de la embajada estadounidense en La Habana a llevarse a cabo este viernes.
Medios de prensa informaban temprano el miércoles que en su lugar, el secretario de Estado, John Kerry –quien estará en La Habana para izar la bandera estadounidense– sostendrá una reunión de bajo perfil con algunos prominentes activistas luego de la ceremonia.
Por la tarde, el vocero del Departamento de Estado, Mark Toner, dijo que tanto él como el secretario Kerry "han sido muy claros respecto a que Kerry planea reunirse con un amplio rango de representantes de la sociedad civil durante el día que pasará en Cuba", pero declinó dar detalles específicos sobre con quién se reuniría Kerry y dónde tendrían lugar los encuentros.
Toner enfatizó que "si bien EE.UU. espera incrementar el acercamiento diplomático con el gobierno de Cuba, estamos muy conscientes de los retos que enfrentamos en lo relacionado a los derechos humanos y no vamos a evitar hacer frente a esos retos y continuaremos reuniéndonos con miembros clave de la sociedad civil".
En respuesta a otra pregunta de un periodista, acerca de si el gobierno de Cuba se había negado a asistir si los disidentes estaban presentes en la ceremonia de izado de la bandera, Toner dijo que no podía hablar sobre lo que "hemos o no hemos compartido o discutido con el gobierno cubano".
Disidentes destacados indicaron a reporteros el martes por la tarde, que no han sido invitados a ninguno de los eventos del viernes.
El diario en línea "14ymedio", de la disidente Yoani Sánchez, no ha recibido respuesta a su solicitud de una acreditación de prensa para asistir al izamiento de la bandera por parte de Kerry, dijo su director, Reinaldo Escobar, esposo de Sánchez.
"Creo que lo correcto sería que, a pesar de que nosotros no estemos de acuerdo, se nos invite y se escuche nuestra voz. Eso es lo correcto", señaló Antonio Rodiles, presidente del grupo disidente Estado de SATS.
"Me sorprendería que no nos invitaran. Si me invitan digo, bueno, me alegro, pero no me sorprendería tampoco si no nos invitan", agregó.
De acuerdo a un conteo de The Associated Press que compara los registros de los principales disidentes, más de 20 legisladores estadounidenses han viajado a Cuba desde febrero sin haberse reunido con los grupos de oposición que alguna vez fueron una escala obligatoria para las delegaciones del Congreso.
Parte de esta información está basada en un cable de AP.