Las negociaciones para evitar caer al "abismo fiscal" continuaron el martes con pocos avances, pero aún cuando faltan 20 días para que se cumpla el plazo, todavía hay esperanzas y optimismo.
Las conversaciones entre el presidente Barack Obama y el republicano John Boehner en torno a la manera de evitar caer en el “abismo fiscal” continuaron este martes, cuando ambos líderes hablaron por teléfono nuevamente, según se informó.
Si bien lo conversado en ésta como en otras ocasiones sigue siendo un secreto bien guardado entre ambos, se supo que fueron cruzadas contrapuestas nuevas.
Obama telefoneó a Boehner horas después de recibir la más reciente propuesta del republicano, aunque según fuentes republicanas, dicha oferta era virtualmente idéntica al documento que el presidente había rechazado hace una semana.
Uno de los negociadores del presidente, Rob Nabors, se movilizó más tarde al Capitolio para reunirse con el personal de Boehner.
“¿Dónde están las propuestas de recorte del presidente?” se había preguntado Boehner en la Cámara de Representantes horas antes. “Mientras más dilate la Casa Blanca este proceso, más cerca estaremos de que la economía se vaya por el abismo”, añadió.
Por su parte, la Casa Blanca se quejó que todavía esperaban que los republicanos ofrecieran una contrapropuesta que incluyera más impuestos para los ricos, una de las promesas de la campaña presidencial de Obama.
Pese a que continúa el impasse, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, mantuvo su optimismo. “Existe en alguna parte un acuerdo posible, y creemos que los parámetros para ese compromiso están muy claros”, dijo. “Lo que se necesita es que los republicanos aprueben algunos ingresos específicos que incluya elevar las tasas (impositivas) para los que más ganan”, añadió.
Si bien lo conversado en ésta como en otras ocasiones sigue siendo un secreto bien guardado entre ambos, se supo que fueron cruzadas contrapuestas nuevas.
Obama telefoneó a Boehner horas después de recibir la más reciente propuesta del republicano, aunque según fuentes republicanas, dicha oferta era virtualmente idéntica al documento que el presidente había rechazado hace una semana.
Uno de los negociadores del presidente, Rob Nabors, se movilizó más tarde al Capitolio para reunirse con el personal de Boehner.
“¿Dónde están las propuestas de recorte del presidente?” se había preguntado Boehner en la Cámara de Representantes horas antes. “Mientras más dilate la Casa Blanca este proceso, más cerca estaremos de que la economía se vaya por el abismo”, añadió.
Por su parte, la Casa Blanca se quejó que todavía esperaban que los republicanos ofrecieran una contrapropuesta que incluyera más impuestos para los ricos, una de las promesas de la campaña presidencial de Obama.
Pese a que continúa el impasse, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, mantuvo su optimismo. “Existe en alguna parte un acuerdo posible, y creemos que los parámetros para ese compromiso están muy claros”, dijo. “Lo que se necesita es que los republicanos aprueben algunos ingresos específicos que incluya elevar las tasas (impositivas) para los que más ganan”, añadió.