Para el fin de año, gane o no gane, Obama se habrá liberado de las presiones electorales que hasta ahora le han impedido actuar con más libertad.
El presidente estadounidense Barack Obama está preparado para vetar cualquier intento de bloquear el “abismo fiscal” que se cierne para fin de año, a menos que los republicanos acepten subir los impuestos a los ricos, según un artículo del periódico The Washington Post.
Para el fin de año, gane o no gane, Obama se habrá liberado de las presiones electorales que hasta ahora le han impedido actuar con más libertad. Es entonces cuando, de no ponerse de acuerdo, entran en efecto automáticamente el aumento de impuestos y los recortes indiscriminados al gasto, conocidos como “el abismo fiscal”.
Si gana la reelección, Obama podrá dictar los términos de un posible acuerdo bipartidista, aunque si pierde, puede asegurarse de subir los impuestos antes de entregar el poder en enero.
Obama, señala el Post, nunca ha dicho explícitamente que esté preparado a dejar que llegue el nuevo año sin tratar de evitar “el abismo”. Algunos republicanos apuestan a que va a ceder, pero su amenaza de veto los reta a jugar al “gallo o gallina”.
Para dicha amenaza, el líder de la mayoría republicana en el Congreso John Boehner tiene un nombre: “la estrategia económica Thelma y Louise –en referencia a la película de 1991, en el que las protagonistas deciden lanzarse al abismo a bordo de un Thunderbird convertible, en lugar de entregarse a la policía.
Analistas, agencias calificadoras e incluso el Fondo Mundial Internacional han advertido que un recorte automático del gasto en Estados Unidos podría provocar una nueva recesión, no solo en Estados Unidos, sino a nivel mundial. En ese sentido, las elecciones del 6 de noviembre no acabarán con la incertidumbre.
Para el fin de año, gane o no gane, Obama se habrá liberado de las presiones electorales que hasta ahora le han impedido actuar con más libertad. Es entonces cuando, de no ponerse de acuerdo, entran en efecto automáticamente el aumento de impuestos y los recortes indiscriminados al gasto, conocidos como “el abismo fiscal”.
Si gana la reelección, Obama podrá dictar los términos de un posible acuerdo bipartidista, aunque si pierde, puede asegurarse de subir los impuestos antes de entregar el poder en enero.
Obama, señala el Post, nunca ha dicho explícitamente que esté preparado a dejar que llegue el nuevo año sin tratar de evitar “el abismo”. Algunos republicanos apuestan a que va a ceder, pero su amenaza de veto los reta a jugar al “gallo o gallina”.
Para dicha amenaza, el líder de la mayoría republicana en el Congreso John Boehner tiene un nombre: “la estrategia económica Thelma y Louise –en referencia a la película de 1991, en el que las protagonistas deciden lanzarse al abismo a bordo de un Thunderbird convertible, en lugar de entregarse a la policía.
Analistas, agencias calificadoras e incluso el Fondo Mundial Internacional han advertido que un recorte automático del gasto en Estados Unidos podría provocar una nueva recesión, no solo en Estados Unidos, sino a nivel mundial. En ese sentido, las elecciones del 6 de noviembre no acabarán con la incertidumbre.