Eduardo Pereira es repartidor de Amazon en en el área de la Bahía de San Francisco: “Somos personal esencial”, es la primera frase que le dice a Voz de América cuando habla de su trabajo.
Pereira es parte de toda una flota de empleados en San Francisco que están exentos de la cuarentena obligatoria, que desde inicios de esta semana forma parte de la vida cotidiana de la mayoría.
Después de que el gobernador de California Gavin Newsom y otros seis condados alrededor de la ciudad aprobaron una orden de aislamiento en casa, mejor conocida como “Shelter in Place”, el trabajo para héroes invisibles como Pereira se ha extendido a 10 horas o más, los 7 días de la semana, para que aquellos que no pueden salir tengan en la puerta de su casa los productos de primera necesidad.
Armado con su uniforme azul y celeste, con una mascarilla y guantes este miembro de la flota de Amazon recorre las calles desiertas del condado de Marin, desde el alba hasta el ocaso. Pereira cuenta que su jornada resulta agotadora pero que sabe que en este momento es esencial para muchos, también dice sin tapujos que está asustado, pero que la renta no se paga sola y que su familia tiene que comer.
“A todos creo que nos tiene atemorizados esto, pero hay que salir a ganarse el pan. Gracias a Dios somos catalogados como personal esencial, la empresa nos ha emitido una carta que lo comprueba para hacer las entregas”, dijo Pereira a VOA.
El cambio en los servicios de entrega a domicilio ha sido vertiginoso y la emergencia sanitaria ha saturado el mercado de pedidos y ha abierto una ventana de empleos para muchos, pero también los ha dejado vulnerables a contagiarse con el COVID-19.
Pereira cuenta que al interior de su empresa muchas cosas han cambiado: “Las reuniones de la mañana se hacen respetando el distanciamiento social, nos han dado guantes y mascarillas y a la asignación se le ha sumado el hecho que después de cada jornada hay que limpiar el vehículo que se ha usado con toallas desinfectantes. También nos pidieron evitar el contacto con los clientes y dejar siempre los paquetes en la puerta, ya no se entrega nada en mano”.
Sin embargo, a pesar de todas estas medidas, a veces los sitios en los que tienen que entregar son zonas de riesgo: En su recorrido este empleado de entregas a domicilio tiene que hacer algunas en hospitales y no siempre tiene a la mano agua y jabón para lavarse. Según él un 99% de las veces toma su almuerzo a bordo del transporte de reparto para poder cumplir con el horario establecido.
“Uno intenta mantener todas las medidas de higiene dentro de lo que se puede, pero a veces es muy difícil”, reconoció Pereira.
Sobre los hombros del mensajero pesa una gran responsabilidad que va más allá de la entrega a tiempo y en buen estado del producto. Siempre está latente la probabilidad de infectarse él y ser portador silencioso del virus entre los repartos diarios y esa es una presión extra a un trabajo de por sí estresante.
Pereira dice que hay cosas muy gratificantes a pesar de todo, como cuando personas les dejan notas en la puerta agradeciendo su esfuerzo y otras hasta alguna bebida o refrigerio.
Antes y después del coronavirus
Empresas como Amazon u otras aplicaciones que entregan a domicilio, se han convertido en la principal alternativa para que muchos, entre ellos personas de la tercera edad, sobrelleven la situación de la cuarentena sin salir de casa más que para lo estrictamente necesario y así minimizar riesgos de contagio.
Para Amazon y las empresas que este gigante del reparto subcontrata la política de “contacto cero con el cliente” es ahora una de las medidas primordiales. Pereira cuenta que la distancia es ahora más que nunca importante para el personal que como él deambula todo el día por las calles.
Otra cosa que ha cambiado es la jornada de trabajo, al menos para su división. “Nuestros turnos son regularmente de 10 horas, se trabaja de 4 a 5 días por semana, pero en este momento nos están solicitando trabajar un sexto e incluso un séptimo día si es posible debido a la emergencia. Están pidiendo más cosas, ordenando más productos (…) y esa es la razón por la que incluso están contratando nuevo personal".
En un día normal un repartidor como Pereira hace alrededor de 125 paradas, pero ahora hace entre 160 y 180 paradas al día. Para incentivarlos su compañía subió 2 dólares su salario por hora, durante dure la emergencia y ese es un incentivo, “tomando en cuenta que hay muchas personas que no recibirán un pago mensual durante la emergencia”, aseguró el repartidor.
El pasado 16 de marzo por medio de un comunicado de prensa el gigante de las ventas por internet, Amazon, anunció que contrataría a unos 100,000 empleados de bodegas y entrega a domicilios para hacer frente al alza en los pedidos, ocasionada por consumidores que están optando por comprar en línea durante el brote de coronavirus.
"Queremos que esas personas sepan que son bienvenidas en nuestros equipos hasta que todo regrese a la normalidad y sus antiguos empleadores puedan reincorporarlos”, dijo Amazon en una publicación en un blog.
Reuters publicó recientemente que la planilla de Amazon fluctúa de acuerdo a la temporada, habiendo alcanzado los 798.000 empleados de tiempo completo y parcial durante su pico navideño.
Para atraer a futuros empleados, Amazon ha dicho que hasta el mes de abril aumentará dos dólares al salario mínimo de 15 dólares por hora para trabajadores legales en Estados Unidos. El pago extra por hora para empleados de Norteamérica y Europa se estima le costará unos 350 millones de dólares.
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