Su nombramiento aún no se ha oficializado, pero el equipo de transición de Joe Biden, quien se proyecta como el próximo presidente de Estados Unidos, ya han avanzado que Antony Blinken será el próximo secretario de Estado. El funcionario, de 58 años, ya fue el número dos de la secretaría de Estado durante el gobierno de Barack Obama y se le conoce por sus políticas multilaterales.
La misión de Blinken al frente de esta cartera es volver a reforzar los lazos de unión con los aliados de Estados Unidos, así como que el país vuelva a ser una parte activa de los foros internacionales de los que la administración Trump se había distanciado en los últimos cuatro años.
Más ayuda a Centroamérica
Durante la campaña electoral, Blinken mencionó algunas de las políticas que se implantarían en América Latina en caso de que Joe Biden llegara a la Casa Blanca. Una de esas políticas atendía a las necesidades del denominado Triángulo Norte, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador, una región sudamericana que sufre los estragos de la inseguridad y la violencia pandillera.
También lea ¿Cómo puede Biden lograr sus objetivos en Centroamérica?En ese momento, según un informe recogido por The New York Times, aseguró que ayudaría a esos países centroamericanos para hacer frente a la grave problemática. ¿Con qué objetivo? El de lograr que los ciudadanos se quedaran en sus países y evitar la migración ilegal hacia Estados Unidos, un aspecto que el propio Biden ya dijo que quiere abordar en esta legislatura.
“Diálogo significativo” en Venezuela
La crisis política y humanitaria en Venezuela es otro tema al que el gobierno del presidente electo Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, quiere prestar atención. Blinken será una pieza clave en esta cuestión y él, en el pasado, ya se ha pronunciado al respecto.
A su juicio, el pueblo de Venezuela “ha dado a conocer su deseo de cambio de manera pacífica y democrática” para poner fin al gobierno en disputa de Nicolás Maduro. En un discurso pronunciado desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que la transición política se debe dar mediante unas elecciones libres y transparentes y tiene que alcanzarse con “el diálogo significativo entre todas las partes” del conflicto.
Ese mismo mensaje es el que el propio Biden repitió en más de una ocasión durante la campaña electoral, incluso condenó las acciones políticas que se llevaban a cabo desde el Palacio de Miraflores prometiendo más sanciones a los altos funcionarios.
Ya en 2014, cuando ejercía de segundo al frente de la cartera de Exteriores, Blinken defendió las sanciones contra Venezuela, una estrategia que intensificó Donald Trump y que, muy probablemente, seguirá empleando el nuevo gobierno a partir de enero.
Los demócratas, al igual que la administración de Donald Trump, también han condenado la “represión” que sufren los opositores de Nicolás Maduro y han pedido “poner fin a la detención prolongada y arbitraria de voces críticas” en Venezuela.
Preocupación por la “represión” en un Cuba
Por otra parte, Blinken ha marcado su posición frente a Cuba. Joe Biden ya dijo que su intención era seguir con las políticas implementadas por Barack Obama hace más de cuatro años, que consistían en el deshielo de las relaciones diplomáticas con la isla caribeña. Pero no a cualquier precio.
El que será el secretario de Estado en el gobierno de Joe Biden expresó su preocupación por “las detenciones breves de activistas pacíficos” que expresan sus ideas contrarias al gobierno castrista de Cuba. Él mismo hizo “un llamado al gobierno cubano” para que se dejara de implementar esa “táctica como medio para sofocar la protesta pacífica en la isla”.
Esas declaraciones las hizo pocos días antes del viaje histórico que Barack Obama y su esposa, la entonces primera dama Michelle Obama, realizaron a la capital cubana y que sirvió para poner de manifiesto el proceso de normalización en las relaciones entre Estados Unidos y el gobierno de la isla.
En ese momento también defendió que “el pueblo cubano está mejor servido por un ambiente donde la gente es libre de elegir sus partidos políticos y sus líderes, expresar sus idas y donde la sociedad civil es independiente”, una postura que seguirá teniendo al respecto.
Integración al Acuerdo de París y a la OMS
Además de las políticas hacia América Latina, Blinken tendrá sobre la mesa otros proyectos que recaen en su cartera y que tienen que ver con la reintegración del país norteamericano al Acuerdo de París para abordar el cambio climático en todo el mundo, así como también su permanencia en la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo que ya prometió Joe Biden durante su campaña.
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