Barr acusa a Hollywood y a las grandes tecnológicas de plegarse ante China

El secretario de Justicia William Barr lanzó duras críticas a la penetración del Partido Comunista Chino en el tejido empresarial estadounidense.

Las acusaciones del secretario de Justicia se enfocaron en que la presión del Partido Comunista Chino sobre Hollywood y las grandes firmas tecnológicas busca socavar el sistema democrático mundial.

El secretario de Justicia de Estados Unidos, William Barr, acusó este jueves a la industria del cine y a las grandes tecnológicas de plegarse a los designios de China ante la coacción de las autoridades del gigante asiático.

"El Partido Comunista Chino (PCCH) viene recurriendo desde hace tiempo a amenazas públicas sobre represalias y prohibiciones al acceso a su mercado para ejercer influencia. Más recientemente, no obstante, el PCCh ha dado un paso detrás de las bambalinas para intentar relacionarse y coaccionar a con ejecutivos de empresas estadounidenses para promover sus objetivos políticos", dijo Barr durante un discurso en el museo presidencial Gerald R. Ford, en Grand Rapids, Michigan.

Barr acusó a la industria cinematográfica de ir tras “las ganancias a corto plazo” y sostuvo que por ello ha “sucumbido” a la influencia China. El funcionario fue radical al señalar que los ejemplos de negocios estadounidenses “que se inclinan ante Beijing son legión”.

El secretario destacó el espíritu de libertad de los Premios Oscar, pero lamentó que “Hollywood ahora censura regularmente sus propias películas para apaciguar al Partido Comunista Chino, el violador de derechos humanos más poderoso del mundo”.

También dijo que este hecho “infecta no solo versiones de películas que se lanzan en China”, sino también las que se exhiben en EE.UU.

El secretario Barr citó directamente la exitosa película 'World War Z', que representa un apocalipsis zombie causado por un virus. “Según los informes, la versión original de la película contenía una escena con personajes que especulaban que el virus podría haberse originado en China”, apuntó antes de afirmar que la compañía Paramount Pictures pidió a los productores que eliminaran la referencia al gigante asiático con la esperanza de lograr un acuerdo de distribución. Nunca se materializó el acuerdo, aseguró.

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Las declaraciones del máximo funcionario de Justicia resumen “la respuesta de Estados Unidos a las ambiciones globales del Partido Comunista Chino”, afirmó.

Con la compañía Marvel Studios, en 'Dr. Strange', los cineastas habrían cambiado la identidad de un personaje de origen tibetano y el argumento del guionista, afirmó, fue que el reconocimiento al Tibet traería la censura de China.

En una acusación directa, Barr dijo que el PCCh “busca aprovechar el inmenso poder, productividad e ingenio del pueblo chino para derrocar el sistema internacional basado en normas y hacer que el mundo sea seguro para la dictadura”.

Barr aseguró que los censores del gobierno chino no necesitan decir una palabra, “porque Hollywood está haciendo su trabajo por ellos” y calificó la maniobra como “un golpe de propaganda masiva” para las autoridades chinas.

La tecnología en el colimador chino

En cuanto al campo tecnológico, Barr dijo que las empresas Google, Microsoft, Yahoo y Apple se han mostrado “demasiado dispuestas a colaborar con el PCCh”.

Un ejemplo expuesto es que Apple eliminó recientemente la aplicación de noticias Quartz de su tienda de aplicaciones en China, después de que Beijing se quejara de la cobertura que hizo de las protestas en favor de la democracia en Hong Kong.

Además insistió en que el mismo gigante tecnológico eliminó aplicaciones para redes privadas virtuales, lo que permitía a los usuarios eludir el cortafuego de la censura, y "eliminó las canciones en favor de la democracia de su tienda de música china”.

Barr explicó que, a menudo, funcionarios chinos se acercan a los empresarios estadounidenses para persuadirles de la conveniencia de una mejor relación entre ambas naciones, debido a que “esconderse detrás de las voces estadounidenses permite al gobierno chino elevar su influencia y poner una "cara amiga" en las políticas pro-régimen”.