La mayor alza en 20 años de detención de inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos marca los primeros cuatro meses del gobierno del presidente Joe Biden en materia migratoria. Los reportes oficiales, sin embargo, ofrecen señales mixtas sobre el progreso en la estabilización de la situación.
Según el más reciente reporte de la Patrulla Fronteriza (CBP) unos 178.622 migrantes fueron detenidos en abril, más del doble de la cifra registrada en enero. El número de detenciones comenzó a subir desde el 2020, pero se incrementó dramáticamente a principios de 2021.
Para la Casa Blanca, los números no cuentan la historia completa y no deberían destacarse como la única “medición de éxito”, de acuerdo a Tyler Moran, asistente especial sobre inmigración de la Administración Biden. En entrevista con la Voz de América, la funcionaria catalogó el repunte como un “fenómeno normal” y “cíclico”.
“Los números suben y bajan por diversas razones. Podrían ser factores de empuje debido a la violencia. Podría ser inestabilidad política. Podrían ser desastres naturales, o también porque nuestro sistema de inmigración legal está muy desactualizado”, dijo a la VOA.
En marzo, el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas alertaba sobre el histórico repunte, y aseguraba que "por difícil" que fuera la situación no se hacían "ilusiones" sobre soluciones inmediatas, aunque en una reciente audiencia en el Senado tildaba los resultados como "dramáticos".
También lea Republicanos atribuyen "cien por ciento" de la situación fronteriza al presidente BidenBajo el gobierno de Biden, la mayoría de los adultos y unidades familiares continúan siendo expulsadas bajo el amparo del Título 42, una política instaurada por el expresidente Donald Trump que da luz verde a la deportación, con la pandemia como excusa.
La excepción bajo la era Biden son los menores — de hasta 18 años de edad- que llegan sin compañía a la frontera, a quienes se les permite ingresar al país para iniciar sus casos de asilo, acogidos en centros de procesamiento del Departamento de Salud (HHS, por sus siglas en inglés), donde son atendidas sus necesidades humanitarias y se les pone en contacto con un familiar o garante legal para su reunificación.
“La administración anterior no se había preparado para el aumento en la llegada de niños, lo que significa que no había suficientes camas con licencia estatal para albergar a esos niños”, dijo Moran.
A pesar de la reapertura y acondicionamiento de otros centros temporales de HHS, la abrumadora llegada de menores causó su colapso y generó permanencias de más de 72 horas legales en centros de detención de la Patrulla Fronteriza.
La funcionaria resaltó que se ha reducido en un 85% la estadía de menores en centros de la Patrulla Fronteriza y que la meta es hacer aún más corta la estadía de los niños en las instalaciones de HHS, la cual indicó, "se ha reducido de un promedio de 49 días a 29 días".
Aún así, los centros provisionales para menores no son una opción a largo plazo, dijo Moran. En cambio, "queremos tener suficientes refugios con licencia estatal en los estados de todo el país para que, cuando haya un aumento de niños no acompañados en el futuro, ese sea el lugar al que vayan".
Según CBP, la llegada de menores no acompañados disminuyó levemente entre marzo y abril, aun cuando el número total de migrantes siguió aumentando.
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¿Camino a la normalización o a la “crisis”?
La abrumadora situación en la frontera “podría estar comenzando a cambiar” y alcanzar un plató o normalización, según Jessica Bolter, analista del Instituto de Políticas Migratorias.
“Históricamente ha habido casos en los que los números se estancaron en abril o bajaron en abril, pero luego volvieron a dispararse en mayo, por lo que realmente tendremos que ver los números de mayo para saber dónde estamos”, dijo la experta a la VOA.
Varios legisladores republicanos, y algunos demócratas, catalogan la situación en la frontera como una “crisis humanitaria”. Las críticas más acérrimas provienen de legisladores como Rick Scott, que asegura que la Casa Blanca “está tan desconectada de la realidad que creen que la crisis en nuestra frontera sur (…) es un juego político”.
Moran considera que existe “una crisis humanitaria en la región que está impulsando a la gente a nuestra frontera”.
“Reconocemos que tenemos un desafío, porque no había sistemas establecidos cuando asumimos el mando, pero hemos asumido ese desafío de frente. Puedo decir que estamos enfocados en los resultados y eso es lo que estamos obteniendo”, expresó la funcionaria.
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La raíz del fenómeno
La estrategia de la Casa Blanca está enfocada en una respuesta regional que combate las “raíces” de la migración desde el Triángulo Norte de Centroamérica, a través de la inversión y cooperación con gobiernos, organizaciones y el sector privado.
“Si solo te enfocas en la frontera, no estás abordando por qué la gente viene a la frontera. Entonces, invertir en la región, crear canales legales para que las personas migren, establecer el procesamiento de refugiados en la región”, explicó Moran a la VOA.
La estrategia es acogida por demócratas y republicanos, pero la medición de éxito en el tiempo es una razón de desencuentro.
“La asistencia extranjera y el compromiso de Estados Unidos en la región, adecuadamente orientados, pueden ayudar a cambiar las condiciones con el tiempo, pero la crisis en la frontera es ahora”, expresó el senador republicano Rob Portman durante una reciente audiencia en el Congreso.
En marzo, Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris para liderar los esfuerzos diplomáticos, lo que ha resultado, hasta ahora, en acuerdos de cooperación de seguridad y el anuncio de una inversión de 310 millones de dólares adicionales en asistencia para la región.
La Casa Blanca también anunció el restablecimiento de un programa de protección de jóvenes en Centroamérica, que fue desarticulado durante el gobierno del expresidente Trump y la paulatina creación de opciones para buscar protección desde los países de origen.
"Una medida de éxito es cuando hay suficientes caminos para la migración legal, para la gente que viene a trabajar, a buscar protección, y que también, desincentivemos la migración irregular", zanjó Moran.
[Aline Barros contribuyó a este reporte]
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