La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó el lunes que el nuevo gobierno está valorando la posibilidad de retirarle al expresidente Donald Trump su acceso a información altamente clasificada.
“Es algo que, obviamente, está siendo evaluado, pero aún no se ha alcanzado ninguna conclusión", reconoció la portavoz al ser preguntada sobre el asunto durante una rueda de prensa.
El presidente de Estados Unidos recibe diariamente, entre otros documentos, un reporte de inteligencia elaborado por las principales agencias de seguridad y defensa del país. Una vez abandona la Casa Blanca, la tradición dicta que el ya exmandatario sigue teniendo acceso a estos informes.
Sin embargo, numerosas voces -algunas de ellas del propio gremio de los servicios de inteligencia- han advertido de que, en el caso de Trump, debería hacerse una excepción, ante la posibilidad de que el republicano pueda hacer mal uso de ella.
Es algo que se ha abordado con el equipo de Seguridad Nacional"
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca
A mediados de enero, días antes de la toma de posesión de Joe Biden, Sue Gordon, quien ejerció de número dos de la Oficina Nacional de Inteligencia hasta agosto de 2019, llegó a escribir una tribuna en el diario The Washington Post advirtiendo de que el expresidente republicano "puede ser excepcionalmente vulnerable a actores malignos con malas intenciones".
Gordon citó como motivos de esta vulnerabilidad, entre otros, la alta deuda que acumula el conglomerado Trump y sus intereses en el extranjero.
Psaki, quien recalcó que "aunque sea difícil de creer", la nueva Administración no pasa "mucho tiempo hablando o pensando" en el expresidente, sí comentó que el tema del acceso a información clasificada por su parte "es algo que se ha abordado con el equipo de Seguridad Nacional".
También lea Inteligencia denuncia que China e Irán buscan perjudicar a Trump, y Rusia a BidenLa relación del exmandatario con la comunidad de los servicios de inteligencia fue, cuanto menos, complicada. En numerosas ocasiones Trump contradijo las conclusiones de sus agencias o divulgó información privilegiada, lo que llevó a la CIA a pedir cautela al entonces comandante en Jefe de EE.UU.
El momento de mayor tensión, sin duda, se produjo en julio de 2018, en Helsinki. Tras reunirse en privado con el presidente ruso, Vladimir Putin, durante una rueda de prensa Trump dijo creer que el Kremlin no había intentado inferir en las elecciones estadounidenses, a pesar de los numerosos informes de inteligencia que indicaban todo lo contrario.
Al igual que ahora la Casa Blanca está valorando dar el excepcional paso de restringir el acceso a un exmandatario, el propio Trump también hizo oídos sordos a las tradiciones al revocar la autorización de seguridad al exdirector de la CIA John Brennan, quien a su vez se había apartado del rol habitualmente silencioso y apolítico de sus predecesores y se había convertido en uno de los críticos más vocales del controvertido exmandatario.