Las protestas en Estados Unidos continuaron el martes por la noche en ciudades de todo el país, en expresión de rechazo y frustración por la muerte bajo custodia policial del afroestadounidense George Floyd.
Los manifestantes desafiaron las órdenes de toque de queda nocturno en algunas áreas, entre ellas la ciudad de Nueva York, donde cientos de personas permanecieron en el puente de Brooklyn hasta altas horas de la noche después de marchar desde el lado de Brooklyn para encontrar su camino hacia Manhattan bloqueado por la policía.
Un equipo de la Voz de América constató que la organización Black Lives Matter durante la manifestación el martes en la noche pidió en varias ocasiones a los participantes que se arrodillaran para guardar silencio y leyeron los nombres de las personas que catalogaron como víctimas de brutalidad policial. Un pequeño grupo de la policía los acompañó, escoltando la manifestación.
Manifestantes que se mantuvieron por más de seis horas marchando lelgaron hasta el edificio Trump, localizado en la Quinta Avenida, donde miembros del servicio secreto así como de la unidad de antiterrorismo se encontraban alineados en una zona que está acordonada. Otro grupo marchó y llegó hasta la mansión del alcalde, Bill De Blasio.
Algunos intentos de acciones violentas durante las manifestaciones del martes en la noche, fueron persuadidas por organizadores, que a su vez pidieron una y otra vez a los presentes que se registrarán para votar. También surgieron reclamos para exigir la renuncia del alcalde.
La VOA observó que voluntarios repartían agua y alimentos a los manifestantes.
La noche del lunes se habían reportado incidentes de violencia, saqueos y arrestos.
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En Atlanta, la policía disparó gases lacrimógenos para dividir a una multitud de cientos de personas que permanecieron después del inicio de toque de queda impuesto a partir de las 9:00 de la noche. Se confirmaron arrestos en ambas ciudades.
La agencia Associated Press informó que la policía ha arrestado al menos a 9.300 personas en todo el país durante la pasada semana.
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Washington
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Cientos de personas permanecieron después del toque de queda en el parque Lafayette Square de Washington, frente a la Casa Blanca. La escena fue mucho más tranquila que el día anterior, cuando los agentes empujaron a manifestantes pacíficos para despejar el camino al presidente Donald Trump, quien apareció en la iglesia de San Juan.
Los manifestantes se reunieron en el parque el martes y corearon consignas como “Las vidas de los negros importan", "No disparen" y "Ya es suficiente".
Una valla alta de metal negro fue instalada para reforzar la seguridad en el área. A pocos kilómetros de distancia, las tropas de la Guardia Nacional se desplegaron en los escalones del Monumento a Lincoln, un sitio turístico popular donde en 1963 el icono de los derechos civiles Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso "Tengo un sueño".
Los Ángeles
Miles de manifestantes también salieron el martes por la noche en Los Ángeles, donde el alcalde Eric Garcetti se arrodilló junto con los agentes de policía, en lo que se ha convertido en una muestra de solidaridad con los manifestantes. Miles se reunieron más tarde en la residencia oficial de Garcetti para pedir recortes masivos a los presupuestos policiales y el despido del jefe de policía de la ciudad.
Otras protestas tuvieron lugar en Miami, Houston, Orlando, Nueva Orleans y Seattle, así como en Portland, Oregon y Madison, Wisconsin.
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Las manifestaciones comenzaron hace más de una semana en Minneapolis, donde Floyd, un hombre afroestadounidense de 46 años, murió después de que un oficial de la policía blanco lo sostuvo boca abajo en la calle y presionó una rodilla contra su cuello durante poco más de ocho minutos.
El estado de Minnesota dijo el martes que presentó una acusación de derechos civiles contra el Departamento de Policía de Minneapolis y abrió una investigación sobre si el departamento ha "participado en prácticas discriminatorias sistémicas".
“Mi administración utilizará todas las herramientas a nuestra disposición para deconstruir generaciones de racismo sistémico en Minnesota. Este esfuerzo es uno de los muchos pasos a seguir en nuestro esfuerzo por restaurar la confianza con las comunidades que no se han visto ni escuchado durante demasiado tiempo”, dijo el gobernador Tim Walz.
El oficial que retuvo a Floyd, Derek Chauvin, fue despedido y acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario en segundo grado. Otros tres oficiales que estaban en la escena también fueron despedidos.
Preocupación de líderes y países del mundo
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que estaba "desconsolado" al ver la violencia en las calles de la ciudad anfitriona del organismo mundial. Nueva York es uno de los muchos lugares donde las protestas han sido en gran medida pacíficas, pero particularmente por la noche algunas personas han destrozado ventanas, prendido fuego y saqueado tiendas.
"Las quejas deben ser escuchadas, pero deben expresarse pacíficamente, y las autoridades deben mostrar moderación al responder a las manifestaciones", dijo Guterres. “El racismo es un acto aborrecible que todos debemos rechazar. Los líderes de todos los sectores de la sociedad deben invertir en la cohesión social para que cada grupo se sienta valorado".
También lea Nueva York intenta recuperarse tras otra jornada de protestas y vandalismoEl papa Francisco expresó su preocupación el miércoles por lo que llamó "los disturbios inquietantes" en Estados Unidos.
"No podemos tolerar o hacer de la vista gorda ante el racismo y la exclusión de ninguna forma y, sin embargo, pretender defender lo sagrado de toda vida humana", dijo el Papa. Además, ofreció oraciones por Floyd y por "todos aquellos que han perdido la vida como resultado del pecado del racismo".
Una encuesta de Reuters / Ipsos publicada el martes mostró que el 64% de los adultos en Estados Unidos simpatizan con las personas que protestan en este momento, en comparación con el 27% que no lo estaban y el 9% que no estaban seguros. La misma encuesta reflejó que el 55% de las personas desaprueba la forma en que Trump ha manejado la situación, en comparación con aproximadamente un tercio que dijo que aprobó.
Trump ha dicho que es un "aliado de todos los manifestantes pacíficos", pero también ha defendido el uso de la fuerza si es necesario para mantener la paz en las ciudades de la nación.
El martes, su oponente en las elecciones de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, criticó la respuesta de Trump y dijo: "No traficaré con miedo y división".
"El país está pidiendo liderazgo", dijo Biden en Filadelfia. "Liderazgo que nos puede unir, liderazgo que nos une. Liderazgo que puede reconocer el dolor y el profundo dolor de las comunidades que han tenido una rodilla en el cuello durante mucho tiempo".
El expresidente George W. Bush citó el dolor histórico de la comunidad afroamericana y dijo en un comunicado: "Los negros ven la violación reiterada de sus derechos sin una respuesta urgente y adecuada de las instituciones estadounidenses".
Bush dijo que él y su esposa, Laura, están "angustiados por la brutal asfixia de George Floyd y perturbados por la injusticia y el miedo que asfixia a nuestro país".
“Sigue siendo un fracaso sorprendente que muchos afroamericanos, especialmente hombres jóvenes afroamericanos, sean acosados y amenazados en su propio país. Es una fortaleza cuando los manifestantes, protegidos por la policía responsable, marchan por un futuro mejor".
Los periodistas generalmente están exentos de las órdenes de toque de queda instituidas por los líderes de la ciudad, pero en los últimos días ha habido múltiples casos de policías que tratan agresivamente a reporteros, fotógrafos y camarógrafos.
La agencia Associated Press informó que agentes de la ciudad de Nueva York usaron improperios para decirles a dos de sus periodistas que abandonaran un área de protesta, luego de lo cual los empujaron y sujetaron a uno de ellos contra su automóvil.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, solicitó una investigación después de que la policía en la protesta de Lafayette Square golpeó el lunes a dos periodistas australianos.
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(Contribuyeron a esta historia Bricio Segovia, Jorge Agobian y Alejandra Arredondo en Washington. En Nueva York Celia Mendoza, Laura Sepúlveda y Ronen Suarc. En Houston, Arnaldo Rojas y en Los Ángeles Verónica Villafañe)