El gobernador Andrew Cuomo reconoció por primera vez el domingo que parte de su comportamiento con mujeres fue “malinterpretado como coqueteo indeseado”, y dijo que cooperará con una investigación de conducta sexual inapropiada encabezada por la fiscal general de Nueva York.
En un comunicado divulgado en medio de crecientes críticas de su propio partido, el demócrata sostuvo que nunca ha tocado a nadie indebidamente ni efectuado propuestas inapropiadas. Pero sí dijo que había bromeado con ciertas personas sobre sus vidas personales en un intento por ser “juguetón”.
También lea Gobernador Cuomo investigado por muertes en asilos“Ahora entiendo que mis interacciones podrían haber sido insensibles o demasiado personales y que algunos de mis comentarios, dado mi puesto, hicieron a otros sentirse en formas que nunca pretendí. Reconozco que algunas de las cosas que he dicho han sido malinterpretadas como coqueteo indeseado. Si alguien se sintió de esa forma, realmente lo lamento”, declaró el gobernador de 63 años.
Hizo los comentarios después de que la fiscalía estatal exigió que Cuomo le otorgue la autoridad para investigar las acusaciones de que acosó sexualmente a por lo menos dos mujeres con las que trabajó.
El asesor legal de Cuomo dijo que el gobernador respaldaría un plan para designar a un abogado externo que se desempeñe como fiscal especial adjunto.
Algunos de los principales demócratas del estado parecen estar distanciándose de Cuomo. Por su parte, el gobernador intentaba retener cierta influencia en la decisión de quién investigaría su conducta laboral.
La secretaria de Justicia estatal Letitia James, una demócrata que por momentos ha sido aliada de Cuomo pero que fue elegida de manera independiente, parece emerger como una opción de consenso para encabezar la pesquisa.
Durante varias horas el domingo, James y otros altos funcionarios del partido rechazaron dos propuestas del gobernador que, aseguran, podrían haber limitado la independencia de la investigación.
Según su primer plan, anunciado el sábado en la tarde, una jueza federal retirada seleccionada por Cuomo, Barbara Jones, habría sido la encargada de revisar su conducta laboral. En la segunda propuesta, anunciada el domingo en la mañana en un intento por complacer a los líderes legislativos, Cuomo le pidió a James y a la principal jueza de apelaciones del estado, Janet DiFiore, que designaran de manera conjunta a un abogado para que investigue los señalamientos y emita un informe público.
James dijo que ninguno de esos planes va lo suficientemente lejos.
“No acepto la propuesta del gobernador”, dijo. “La Ley Ejecutiva del estado claramente le brinda a mi oficina la autoridad para investigar este asunto una vez que el gobernador me lo refiera. Aunque le tengo un profundo respeto a la jueza DiFiore, yo soy la secretaria estatal de Justicia electa y es mi responsabilidad llevar a cabo esta tarea, de acuerdo con la Ley Ejecutiva. El gobernador debe referir el asunto para que pueda llevarse a cabo una investigación independiente con poder de citación”.
Muchos de los nombres más destacados de la política neoyorquina no tardaron en expresarle respaldo a James.
Los dos principales líderes de la legislatura estatal, la líder de la mayoría en el Senado, Andrea Stewart-Cousins, y el presidente de la Asamblea, Carl Heastie, dijeron que quieren que ella encabece la investigación.
Los dos senadores federales por Nueva York, Charles Schumer y Kirsten Gillibrand, dijeron que una investigación independiente es esencial.
“Estas acusaciones son graves y sumamente preocupantes. Tal como lo solicitó la secretaria estatal de Justicia James, el asunto debe ser referido a su oficina para que ella pueda llevar a cabo una investigación transparente, independiente y minuciosa con poder de citación”, declaró Gillibrand.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo: “Debe realizarse una revisión independiente de estas acusaciones”. Comentó que el presidente Joe Biden está a favor de eso, “y creemos que debemos proseguir lo más rápido posible”.