El Servicio Secreto y la Guardia Nacional han prometido un aumento de recursos para asegurar la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, mientras la alcaldesa de Washington está instando a la gente a quedarse en casa para el evento.
Menos de una semana después de que una turba violenta de partidarios del presidente Donald Trump violara la seguridad del Capitolio cuando el Congreso certificaba la victoria de Biden, el Servicio Secreto anunció el lunes que comenzaría las operaciones especiales de seguridad el 13 de enero, en lugar del 19 de enero.
La Guardia Nacional confirmó el lunes que enviaría hasta 15.000 soldados para asegurar la inauguración, un marcado aumento de los aproximadamente 8.000 que aseguraron la inauguración en 2016.
En respuesta a una pregunta de la VOA, Biden dijo el lunes que no le preocupa su seguridad en el Día de la Inauguración.
"No me preocupa tomar el juramento afuera", dijo, y agregó que aquellos que "se involucran en la sedición y amenazan la vida de las personas" deben rendir cuentas.
Mientras tanto, el lunes, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, desalentó a las personas de venir a la ciudad para la ceremonia de juramentación y, pidió que en cambio, participen virtualmente, citando preocupaciones sobre el coronavirus y el ataque al Capitolio de los Estados Unidos la semana pasada.
En declaraciones a los periodistas en una sesión informativa el lunes, Bowser también dijo que envió una carta a Trump solicitando que declarara un "desastre previo a la emergencia" para el Distrito de Columbia antes de la inauguración de Biden el 20 de enero.
Bowser dijo que la inauguración de este año plantea “varios desafíos sin precedentes que exceden el alcance de nuestros procesos de planificación tradicionales”, incluida la pandemia y los eventos del miércoles pasado.
Pasadas las 7 de la noche del lunes se conoció que el presidente Donald Trump aceptó el pedido de la alcaldesa de Washington para declarar "desastre previo a la emergencia" para la capital de la nación.
Bowser dijo también que había escrito al jefe interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, solicitando que su agencia ajuste su enfoque a la inauguración de varias maneras específicas.
Bowser pidió que el período de seguridad especial ahora en vigencia para el evento se extienda del 20 al 24 de enero. Y pidió al Departamento de Seguridad Nacional que coordine un esfuerzo para establecer un plan de despliegue de la fuerza de seguridad para proteger todas las propiedades federales. La alcaldesa ha pedido que el esfuerzo involucre a los departamentos de Defensa y Justicia, junto con el Congreso de Estados Unidos y la Corte Suprema. Dijo que hacerlo garantizará que el Departamento de Policía Metropolitana pueda concentrarse en su misión local en los ocho distritos del Distrito.
No ha habido comentarios inmediatos del departamento de Seguridad Nacional, pero Wolf, que renunció este lunes, emitió un comunicado el jueves pasado diciendo que lo que sucedió en el Capitolio fue "trágico y repugnante".
También lea Chad Wolf renuncia al Departamento de Seguridad NacionalPor otra parte, la alcaldesa Bowser pidió al Departamento del Interior que cancele los permisos de reunión pública hasta el 24 de enero.
La alcaldesa evaluó en su solicitud del fin de semana que, a pesar de los activos de seguridad que tiene la ciudad, "persisten importantes brechas de preparación que no pueden remediarse sin esta declaración de emergencia y asistencia federal directa".
Indicó que en 2009 se emitió una declaración previa a la emergencia similar antes de la toma de posesión del presidente Barack Obama. Y citó en su carta, "nuevas amenazas de actos insurgentes de terroristas nacionales".
El Distrito de Columbia no tiene jurisdicción sobre el Capitolio y otras propiedades federales dentro de sus fronteras.
Con la colaboración de Carolyn Presutti