Los trabajadores de la salud y los residentes de hogares de ancianos deberían estar entre los primeros estadounidenses en recibir una vacuna contra COVID-19, determinaron el martes miembros de un comité asesor de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
El panel votó 13-1 para administrar una vacuna, tan pronto como se apruebe, a unos 24 millones de estadounidenses que son trabajadores de la salud o residentes de hogares de ancianos, mientras que los suministros siguen siendo limitados a medida que aumenta la producción.
La decisión del comité asesor de Prácticas de Inmunización de los CDC se produce cuando EE. UU. registra un número récord de casos de coronavirus en todo el país. Estados Unidos registró 4,36 millones de casos de COVID-19 en noviembre, aproximadamente el doble del número del mes anterior.
El estado de Florida superó el millón de casos el martes.
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La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) está considerando una solicitud de emergencia de Pfizer para autorizar el uso de su vacuna. Moderna dijo el lunes que también solicitaría la autorización de uso de emergencia de su vacuna.
Horas después del anuncio de Moderna, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dijo que la agencia no anunciaría su decisión hasta una semana después de decidir sobre la solicitud de Pfizer.
El comité asesor se reunió un día después de que se reportaran casi 139.000 nuevos casos de coronavirus y 826 muertes en Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins.