Tras la lucha del crimen organizado por hacer un espacio en el caos causado por la pandemia de coronavirus, la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) lanzó recientemente la operación "Promesa Robada”.
“Individuos y organizaciones alrededor del mundo están intentando aprovecharse” de la crisis de la COVID-19, señala una declaración de HSI, para obtener ganancias financieras ilícitas.
La entidad federal de Estados Unidos, junto con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) intenta detener “esquemas de fraude involucrando alivio financiero, cheques de estímulo relacionados al COVID-19 y operaciones de 'telemercadeo' tradicionales”, que asegura, aumentarán con los días.
Seguridad Nacional alerta que actualmente “actores cibernéticos maliciosos continuarán utilizando la internet para facilitar el fraude y otras modalidades de actividad ilícita a expensas del público estadounidense”.
La entidad recalca que tales “esfuerzos ilegales”, además “ponen en peligro la protección y seguridad del público estadounidense”.
Las organizaciones criminales, señala el comunicado, están enfocadas en “importar fármacos y kits de pruebas falsificados y prohibidos”, lo que afecta a quienes buscan desesperadamente tratamientos y exámenes de COVID-19.
Para ello, argumenta la oficina investigativa, los potenciales delincuentes “usan la internet para facilitar el fraude y otras modalidades de actividad ilícita".
La iniciativa “Promesa Robada” combina la experiencia de HSI en “investigaciones de comercio global, fraude financiero e investigaciones cibernéticas con alianzas privadas y públicas para desestabilizar y desarticular tales actividades criminales”, insiste el departamento federal.
Según el informe, agentes especiales de HSI han abierto investigaciones a nivel nacional, “incautado millones de dólares en ganancias ilícitas, efectuado múltiples arrestos y retirado miles de sitios web fraudulentos”.
Otras confiscaciones refieren a “envíos de kits de prueba, kits de tratamiento, remedios homeopáticos, supuestos productos antivirales y equipo de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés) etiquetados incorrectamente, fraudulentos, no autorizados o prohibidos”, concluye.