La nominada del presidente Donald Trump para reemplazar la vacante en la Corte Suprema, la jueza Amy Coney Barrett, no quiso comprometerse a recusarse en caso de que los resultados de las próximas elecciones de noviembre acaben siendo impugnados y la máxima instancia judicial se vea obligada a tomar cartas en el asunto.
En su segundo día de audiencias en el Senado, Barrett, quien es jueza federal en una corte de apelaciones en Illinois, fue interrogada por los senadores demócratas, que se oponen a su nominación, sobre su visión del derecho.
Barret no respondió si se desvincularía de cualquier caso que tenga que ver con las elecciones y aseguró que nadie en la Casa Blanca le ha pedido pronunciarse sobre cuál sería su opinión si un caso sobre los resultados electorales llega a la Corte Suprema. "Sería una grave violación de la independencia judicial", aseguró.
La jueza, de 48 años, fue nominada el mes pasado por el presidente Donald Trump para cubrir la vacante dejada por la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg. La oposición critica la rapidez y el momento en el que los republicanos desean confirmar a Barrett: a menos de un mes de las elecciones.
También, consideran que Barrett inclinaría aún más la balanza de la corte hacia el lado conservador, abriendo la posibilidad de que se dé marcha atrás en algunas sentencias que han sentado jurisprudencia, revocando fallos de la corte en derechos como el aborto, la protección para las personas LGTBQ ante la discriminación y también la Ley de Cuidado de Salud Accesible, también conocida como Obamacare.
También lea Nominada de Trump al Supremo testifica ante un Senado divididoLa senadora demócrata Dianne Feinstein presionó a Barrett sobre estos temas, ante lo que la jurista subrayó que no podía responder, porque no podía comprometerse a un enfoque u otro, y sostuvo que, en caso de ser confirmada, abordaría cada caso llegado el momento.
“No tengo una agenda; mi agenda es adherirme al Estado de derecho y decidir los casos cuando lleguen”, dijo Barrett, aunque respondió que, personalmente, “nunca" ha discriminado en base a la preferencia sexual, añadiendo que “como con el racismo, [creo que] la discriminación es abominable”.
Feinstein se mostró frustrada ante las evasivas de Barrett: “es angustiante no tener un respuesta clara”.
Por su parte, el senador y presidente del Comité Judicial del Senado, Lindsey Graham, presentó a Barrett como un ejemplo para las mujeres conservadoras, de tradición católica.
“A todas las jóvenes conservadoras, esta audiencia, para mi, es sobre un lugar para ustedes. Espero que cuando todo esto acabe haya (…) un puesto para ustedes en la Corte Suprema”, dijo el senador del estado de Carolina del Sur.
Barrett, de 48 años y madre de siete hijos, se identifica a sí misma como una originalista, una corriente que considera que la Constitución estadounidense debe ser interpretada según el significado original, acorde al momento en el que fue escrita.
En su primer día de audiencia, el lunes, Barrett argumentó que las cortes no fueron diseñadas para resolver todos los problemas de la vida pública. "El público no debe esperar que los tribunales lo hagan y los tribunales no deben intentarlo".
El proceso de nominación de Barrett se prolongará por otros dos días de audiencia y luego, en caso de recibir el visto bueno de la Comisión Judicial, se procederá a un voto en el pleno del Senado. Los republicanos tienen una mayoría de 53-47 en el Senado, lo que deja a los demócratas con pocas o ninguna posibilidad de evitar la confirmación de Barrett.
Derechos reproductivos
A pesar de no haber respondido directamente las preguntas sobre los derechos reproductivos o de la comunidad LGTBQ en la audiencia, Barrett sí ha expresado o dado su apoyo públicamente a posturas conservadoras al respecto.
En el 2015, firmó junto a varias decenas de mujeres una carta de mujeres católicas en contra del aborto y del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Ante las preguntas de la senadora por el estado de Minnesota, Amy Klobuchar, respecto a su postura frente al fallo de Roe v. Wade, que estableció en 1973 el derecho de las mujeres estadounidenses a decidir, Barrett dijo que considera que este fallo puede ser revocado.
También lea ¿Quién es Amy Coney Barrett, la nominada de Trump a la Corte Suprema?Organizaciones que defienden de los derechos reproductivos, como la Asociación Nacional de Abogadas (NAWL, por sus siglas en inglés) o la organización Planned Parenthood han expresado su desacuerdo con la nominación de Barrett, señalándola como una amenaza para los derechos de las mujeres.
El presidente Trump ha expresado su deseo por nominar a un juez que revoque Roe v. Wade y en el programa del Partido Republicano se menciona explícitamente el deseo de confirmar a jueces “constitucionalistas” que “permitan que las cortes comiencen a revertir las decisiones activistas”.
Barrett, en la audiencia dijo que “seguirá la ley”, de ser confirmada, con cualquier caso, incluyendo el aborto y aseguró que “no está en una misión para destruir” Obamacare.
Programada la votación
La Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado programó el lunes una votación sobre la nominación de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema, incluso aunque las audiencias de confirmación todavía no han terminado.
El presidente del panel, el senador Graham, programó una votación de la comisión para las 9 de la mañana del jueves 15 de octubre, el último día de audiencias. Sin embargo, todo hace indicar que la oposición solicitará un aplazamiento, que, según las reglas de la comisión, paralizaría el proceso durante una semana.
Si eso sucede tal como está previsto, la comisión procedería a votar la nominación el jueves 22 de octubre. Eso establecería un voto final de confirmación en el pleno del Senado para la semana del 26 de octubre.