La solitaria mujer traída a Estados Unidos desde Siria y acusada de apoyar al grupo terrorista Estado Islámico pasará los próximos seis años y medio en prisión, y luego otros tres años de libertad condicional.
Samantha ElHassani fue condenada por un juez el lunes. El veredicto llegó más de cinco años después de llevarse a sus hijos para reunirse con su esposo y el hermano de éste en Siria.
ElHassani, originalmente de Elkhart, Indiana, fue eventualmente capturada por las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Estados Unidos y fue repatriada junto a sus cuatro hijos en julio del 2018.
El año pasado se declaró culpable de cargos de financiamiento del terrorismo.
“La sentencia de hoy sirve como un fuerte recordatorio que el FBI nunca cederá en sus esfuerzos por asegurar que aquellos que abandonan su país para apoyar a violentas organizaciones terroristas como lo hizo la señora ElHassani, serán responsabilizados”, dijo el agente especial del FBI, Paul Keenan, en una declaración.
También lea Estadounidense se declara culpable de intentar brindar apoyo material al Estado Islámico“Ella sabía exactamente lo que hacía y por qué”, agregó Keenan. “Ella era una activa participante en actividades atroces y ahora enfrenta las consecuencias”.
Según documentos judiciales, ElHassani ayudó a su esposo y su hermano al contrabandear más de 30.000 dólares en efectivo y oro a Hong Kong, los cuales luego usó para comprar equipos tácticos, incluyendo miras telescópicas para rifles y binoculares de alta tecnología.
De Hong Kong, la familia viajó a Estambul, Turquía, hasta llegar a territorio controlado por el Estado Islámico en Siria a mediados del 2015.
Hasta su declaratoria de culpabilidad, ElHassani sotuvo que su esposo la había engañado y llevado a Siria mientras estaban de vacaciones.
"Terminamos en Raqqa”, dijo durante una entrevista con el programa Frontline y con la cadena británica BBC, mientras estaba bajo custodia Kurda. “Lo primero que le dije a él fue ‘estás loco y yo me voy’. Y él respondió con una amplia sonrisa en el rostro, ‘Dale. Puedes probar, pero no lo lograrás’”.
Durante el tiempo que la familia estuvo con la organización terrorista, el hijo mayor, Mathew, fue presentado en uno de los videos de propaganda del grupo terrorista, en el cual él amenazó con atacar a Occidente.
El esposo de ElHassani, Moussa, murió combatiendo para ISIS.
Dijo que ella y sus cuatro hijos, dos de los cuales nacieron en Siria, eventualmente huyeron de Raqqa con dos jóvenes esclavas Yazidi antes de terminar en un campo de detención kurdo.
Al regresar a Estados Unidos, los cuatro niños fueron puestos bajo la custodia del Departamento de Servicios Infantiles del estado de Indiana.
Estados Unidos anunció el mes pasado que en total, 27 estadounidenses que viajaron a Irak o Siria para unirse a ISIS ya están de regreso en suelo estadounidense.
Incluyendo a ElHassani, 10 han sido acusados con cargos relacionados con terrorismo.
Uno de ellos, Omer Kuzu, de 23 años y originario de Dallas, Texas, se declaró culpable este año.
Mientras tanto, Mohamad Jamal Khweis, de Virginia, fue declarado culpable de cargos de terrorismo y sentenciado en 2017 a 20 años de prisión por proveer apoyo material a ISIS.
Los casos de otros siete sospechosos de ISIS están aún pendientes.
“Estados Unidos ha sido agresivo en acusar a estadounidenses que se unieron a ISIS, abriendo el camino para que otros países también se aseguren que sus ciudadanos afronten la justicia por las horribles injusticias que ellos le ocasionaron a inocentes víctimas iraquíes y sirias”, dijo a la Voz de América Seamus Hughes, subdirector del programa sobre extremismo en la Universidad George Washington.
Aún así, Hughes señaló la relativamente leve condena para ElHassani, quien pasará menos tiempo tras las rejas que otros estadounidenses acusados de proveer apoyo material a ISIS.
“Elhassani tenía dos cosas a su favor: mujeres miembros de ISIS tienden a recibir condenas menores que sus contrapartes hombres que no logran unirse al llamado califato”, afirmó.
Otros investigadores han notado las diferencias en las condenas de mujeres ligadas al terrorismo.
“La evidencia indica que los gobiernos tienden a ser menos duros con las mujeres en el terrorismo que sus contrapartes hombres”, concluyó un estudio publicado en 2018 por el Centro para el Combate del Terrorismo de la academia militar West Point.
Y a inicios de este año, un reporte de Naciones Unidas advirtió que la falla al no traer a mujeres de ISIS ante la justicia podría socavar los esfuerzos por derrotar al grupo terrorista.
"La tendencia a ver las mujeres como seguidoras pasivas de sus esposos continúa prevaleciendo”, encontró el análisis. “Eso, junto a restos de evidencias, contribuyen con las bajas tasas de condena y sentencias más cortas o suspendidas”.
A pesar de dichas preocupaciones, funcionarios estadounidenses han promocionado sus esfuerzos por repatriar y acusar a ciudadanos que se han unido a ISIS, urgiendo a otros países a hacer lo mismo.
“Nosotros repatriamos a ElHassani de Siria porque cada nación es responsable de responsabilizar a sus ciudadanos y de enfrentar la futura amenaza que ellos podrían representar”, dijo el subsecretario de Justicia para Seguridad Nacional, John Deemers. “No nos detendremos”.
A pesar de algunas repatriaciones, las Fuerzas Democráticas Sirias continúa teniendo bajo su custodia a unos 2.000 combatientes extranjeros en improvisadas prisiones en el nordeste sirio. Estimaciones indican que otras 10.000 mujeres y niños viven en campamentos para desplazados de guerra en la región.
De los 17 estadounidenses repatriados de Siria o Irak tras unirse a ISIS, 15 son actualmente menores de edad. Los otros dos, dijeron funcionarios a la VOA, eran menores cuando viajaron con sus familias que se unirían al califato del grupo terrorista.