Los fiscales que buscan condenar a Derek Chauvin, un expolicía blanco, por la muerte del afroamericano George Floyd, a quien se le arrodilló en la nuca, afrontan una sombría realidad: aunque tienen abundantes evidencias, incluyendo video y graves testimonios de testigos oculares, históricamente ha sido casi imposible lograr una condena en casos similares.
En más del 99 por ciento de los casos de asesinatos por agentes activos desde 2013, los policías estadounidenses no son acusados judicialmente, según un grupo de investigación llamado “Mapeando la Violencia Policial”.
Una razón es que los fiscales frecuentemente ceden al criterio de los policías sobre cuándo es correcto usar fuerza mortal. En los inusitados casos en que los policías son procesados por casos similares, los jurados usualmente se rehúsan a condenarlos.
Veamos Minnesota. En los 165 años de historia del estado, un policía, Mohamed Noor, de Minneapolis, es conocido por haber sido condenado por asesinato, pero esa condena está actualmente en apelación. Noor, un somalí estadounidense de 34 años, fue sentenciado el año pasado a 12 años y medio de prisión por el fatal tiroteo de una mujer mientras respondía a un llamado de emergencia que la mujer había hecho. Su abogado dice que la condena fue “una farsa”.
El fiscal estatal de Minnesota, Keith Ellison, hizo referencia a esta historia la semana pasada al anunciar una acusación adicional de asesinato en segundo grado contra Chauvin y cargos de complicidad contra otros tres oficiales que participaron en el arresto de Floyd, pero que no intervinieron mientras Floyd luchaba por respirar.
“Juzgar este caso no será algo fácil”, dijo Ellison. “Tenemos confianza en lo que hacemos, pero la historia muestra que hay claros retos aquí”.
El cargo adicional contra Chauvin fue asesinato no intencional ocasionado por una agresión agravada. En Minnesota, una agresión agravada es definida como ocasionar sustancial daño corporal a otra persona. Para lograr una condena, los fiscales deben demostrar que el acto de arrodillarse sobre la nuca de Floyd durante casi nueve minutos fue una agresión agravada, según Peter Wold, un veterano abogado defensor de Minnesota, que defiende a Noor.
“Si prueban que él estuvo involucrado en una agresión agravada que resultó en su muerte, eso es asesinato en segundo grado en Minnesota”, explicó Wold.
Mientras no todo el expediente del caso ha sido hecho público, la más dura evidencia que usarán los fiscales contra Chauvin será la grabación de video de un celular durante los momentos finales de la vida de Floyd, grabada por un ciudadano testigo del hecho.
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En el video, un Chauvin despreocupado, con las manos en sus bolsillos, es visto presionando su rodilla contra la nuca de Floyd durante 8 minutos y 46 segundos mientras Floyd implora por su vida, diciendo repetidamente “no puedo respirar” y en un momento diciendo “estoy a punto de morirme”.
Casi tres minutos de este uso de fuerza ocurrieron luego que Floyd se viera inerte, según la acusación contra Chauvin.
“Este es uno de los peores videos que ha surgido en un mucho tiempo”, dijo Taryn Merkl, un veterano abogado del Centro Brennan para la Justicia, en la Universidad de Nueva York y ex fiscal federal en Nueva York.
Lo que distingue a este caso de otras muertes a manos de policías activos es que al momento que Chauvin llegó a la escena, Floyd ya estaba esposado y en gran medida acataba las órdenes que se le daban, según Merkl. En lugar de desescalar la situación, a como se entrena a los policías, Chauvin recurrió al uso innecesario de la fuerza, dijo Merkl.
“En años recientes, el uso de la violencia o el uso de un arma ocurrieron durante la acción policial para someter al perpetrador o han respondido de alguna manera a la percepción de violencia que sintieron los policías”, dijo Merkl. “Pero aquí se tiene a un hombre ya esposado que es sometido a fuerza potencialmente letal”.
Sean Malone, un ex jefe del Departamento Legal de la Policía de Baltimore, que representó a uno de seis policías acusados de la muerte del afroamericano Freddie Gray, en Baltimore en el 2015, dijo que la evidencia en el video en el caso de Chauvin será muy difícil de refutar. Los oficiales en el caso Gray fueron acusados desde asesinato en segundo grado a homicidio, imprudencia temeraria y mala conducta oficial. Ninguno de los oficiales fue condenado.
“Aquí tienes a un oficial usando algo que aún espero que un experto diga que es una táctica policial, poniéndole la rodilla sobre el cuello de Floyd”, dijo Malone. “Y lo hizo tras ser advertido reiteradamente por miembros de una aglomeración de civiles y otros oficiales sobre el deterioro de la condición de Floyd”.
Esto no significa que Chauvin no tenga una defensa.
Los abogados de Chauvin, que tuvieron su primera audiencia el lunes, muy probablemente argumentarán que Chauvin usó la técnica para la que fue entrenado por su propio departamento de policía, según Paul G. Cassell, un ex juez federal y profesor de Criminalística de la Universidad de Utah.
“Entonces la pregunta será si falló en seguir los procedimientos correctos o cuáles debieron ser esos procedimientos”, dijo Cassell. “Y ahí es donde yo anticipo estará la disputa en este caso”.
El Departamento de Policía de Minneapolis acordó el viernes prohibir el estrangulamiento y el sostenimiento por la nuca por parte de sus oficiales.
Otra línea de defensa posiblemente será alrededor de la causa de la muerte de Floyd. Dos recientes autopsias declararon que la muerte de Floyd fue ocasionada por homicidio. Pero mientras expertos contratados por la familia de Floyd determinaron que murió por asfixia, el Médico Forense del Condado de Hennepin no logró llegar a esta conclusión inequívoca.
“La defensa usará esa pieza de evidencia, obviamente”, dijo Wold.
Ser policía puede ser un trabajo muy peligroso. El año pasado, 48 oficiales murieron en el cumplimiento de su deber y otros 41 murieron en accidentes, según el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Los oficiales de policía a veces se encuentran en situaciones peligrosas cuando toman decisiones bajo la presión del instante sobre si usar fuerza letal. Las cosas pasan tan rápido que los fiscales frecuentemente optan por no presentar acusaciones que pueden ser difíciles de probar.
“La mayoría de los casos no son como el de Floyd donde hay mucha interacción grabada en un video”, dijo Merkl.
Y más aún, las cortes estadounidenses han reconocido desde hace mucho tiempo que los policías deberían tener el poder para usar la fuerza letal para protegerse a ellos o a otros de sospechosos peligrosos.
“Una de las razones por la que es tan difícil condenar a un policía en este tipo de casos es que todos podemos estar de acuerdo que los policías no se despiertan por la mañana y dicen “déjame salir a la calle y cometer un crimen hoy”, dijo Cassell, el ex juez federal.
Los críticos dicen que los oficiales de policía usualmente actúan con impunidad sabiendo que no afrontarán acusaciones criminales. En lugar de ser enjuiciados, los oficiales acusados de uso inadecuado de la fuerza, con frecuencia respaldados por los sindicatos de policías, son puestos en libertad con apenas una palmadita en sus manos, dicen los críticos.
Pero en casos en que antes los funcionarios y fiscales eran renuentes a acusar a oficiales de policía, ahora son rápidos a enjuiciar. En las últimas dos semanas, oficiales de policía de varias ciudades desde Buffalo a Atlanta han sido acusados con mala conducta o uso inadecuado de fuerza.
El caso contra los tres compañeros de Chauvin, dos de los cuales son novatos, no es tan claro, según expertos legales y abogados defensores. Los tres, Thomas Lane, Alexander Keung y Tou Thao, afrontan acusaciones idénticas de complicidad con asesinato en segundo grado y complicidad con homicidio en segundo grado.
Uno de los desafíos para los fiscales será probar que los oficiales sabían o debieron haber sabido que Chauvin estaba cometiendo un crimen que le ocasionaría la muerte a Floyd, dijeron expertos legales.
“El video continua durante suficiente tiempo para que la fiscalía tenga argumentos muy fuertes para los cargos de complicidad con la acusación de asesinato en segundo grado y definitivamente con el de homicidio en segundo grado”, dijo Merkl. “Pero convencer a un jurado de doce personas más allá de una duda razonable no es una tarea fácil, dado los sentimientos y conocimientos generalizados, que a los policías se les permite usar alguna fuerza en sus trabajos”.