El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó el miércoles a su rival en las urnas el próximo 3 de noviembre, el demócrata Joe Biden, a no poner en duda la fiabilidad de una posible vacuna contra la COVID-19.
“Hago un llamamiento a Joe Biden para que deje de difundir sus teorías anti-vacunas. Lo único que hace es perjudicar la importancia de lo que hacemos", dijo el mandatario durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca.
El presidente hizo estas declaraciones después de que tanto la oposición como numerosos expertos han expresado en las últimas semanas su preocupación ante la posibilidad de que la Administración Trump esté presionando a las autoridades sanitarias para que aprueben de manera expedita una vacuna contra el nuevo coronavirus.
Los temores de que la Casa Blanca esté presionando a las autoridades sanitarias se agravaron después de que, a finales del mes pasado, el comisionado de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés), Stephen Hahn, se disculpara después de haber exagerado los beneficios del plasma de convalecientes apenas un día después de que el propio Trump acusara a su agencia de estar boicoteando la aprobación de tratamientos para hacer frente a la COVID-19.
Biden ha expresado su preocupación porque la situación se pueda repetir con una vacuna que el Ejecutivo piensa distribuir "tan pronto" las autoridades sanitarias le den la luz verde.
"Confío en las vacunas, confío en los científicos, pero no me fío de Donald Trump (...). Y, en estos momentos, el pueblo estadounidense tampoco puede hacerlo", dijo el demócrata en una rueda de prensa celebrada en Delaware, el miércoles.
Discrepancias sobre el cronograma de la vacuna
Este martes, Trump aseguró que habrá una vacuna disponible en "tres semanas, cuatro semanas" y hoy añadió que estaría disponible para su distribución generalizada antes de final de año, gracias al plan presentado horas antes por el Ejecutivo.
Esta línea temporal, no obstante, está en conflicto con la opinión expresada por el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, quien horas antes había declarado que no esperaba que se produjera una distribución generalizada hasta bien entrado el año que viene.
También lea Trump: EE.UU. autoriza uso de plasma sanguíneo para tratar coronavirus"Habrá una vacuna que inicialmente debería estar disponible en algún momento entre noviembre y diciembre, pero su suministro será muy limitado y tendrá que ser priorizado", señaló Redfield durante su testimonio ante un comité del Senado.
Al ser preguntado sobre esta discrepancia, Trump aseguró que había hablado con el funcionario sobre el asunto, pero se limitó a decir que creía que se habría "equivocado".
"Vi las declaraciones, le llamé y le pregunté: '¿a qué te refieres con eso?'. Creo que se equivocó, creo que malinterpretó la pregunta", dijo Trump, quien sostuvo que Redfield "a lo mejor no es muy consciente del proceso de distribución", pero evitó comentar lo que el director de los CDC le dijo en el transcurso de su conversación.
El mandatario también rechazó otro de los puntos expresados hoy por Redfield, quien consideró que el uso de mascarilla puede ser "más seguro" a la hora de proteger a las personas frente al nuevo coronavirus que una vacuna.
“No, la vacuna es mucho más efectiva que las mascarillas”, afirmó Trump, quien hasta el momento se ha mostrado ambiguo sobre la conveniencia de usar barbijo. “La gente abusa de las mascarillas”, agregó.
Por último, el presidente, quien confirmó que se ha registrado un nuevo caso de contagio entre el personal de la Casa Blanca, aproximadamente dos semanas después de que la residencia oficial sirviera de escenario para el cierre de la Convención Nacional Republicana, volvió a expresar su satisfacción por la gestión de la pandemia llevada a cabo por su Administración.
“Hemos hecho un trabajo fenomenal con la COVID-19, como les gusta llamarlo... yo la llamo otras cosas", concluyó.