El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó este miércoles cambiar el nombre de aquellas instalaciones militares que en su día fueron bautizadas en honor a militares confederados y que en los últimos días se han vuelto el centro de una gran controversia al ser considerados por parte de la población como un remanente del pasado racista del país.
"Se ha sugerido que deberíamos renombrar al menos diez de nuestras legendarias bases militares (...). Mi administración no considerará siquiera renombrar estas magníficas y fabulosas instalaciones. Nadie manoseará nuestra historia, la del país más grande del mundo", señaló la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, al leer directamente un texto firmado por Trump.
En palabras del presidente, estas instalaciones militares se han convertido en parte del "legado" de EE.UU. y de su "historia de victorias y libertad" y sirvieron para formar a sus "héroes" en diversas guerras.
"Sugerir que estos cuarteles son, de alguna manera, inherentemente racistas y que sus nombres deberían ser cambiados es una absoluta falta de respeto a los hombres y mujeres cuya última visión de Estados Unidos, antes de ir al extranjero y perder la vida, fue la de estos cuarteles", sostuvo McEnany.
El texto del mandatario leído por la vocera concluye con un llamamiento claro: "Respeten a nuestro ejército".
A raíz de la muerte, el pasado 25 de mayo, del ciudadano afroestadounidense George Floyd cuando se encontraba bajo custodia policial, se ha suscitado un movimiento social que exige, tanto en las calles como a través de las redes sociales, que las autoridades adopten una serie de medidas para acabar con los abusos policiales y con la desigualdad racial.
Una de las exigencias de esta parte de la población es acabar con la simbología confederada que trufa distintos aspectos de la vida militar. Varios líderes militares, han apoyado esta iniciativa. La Armada y el Cuerpo de Infantería de Marina anunciaron esta semana que prohibirían el uso de la bandera confederada como modo de insignia entre sus tropas.
También lea "Detengan el dolor": hermano de George Floyd testifica ante el CongresoOtra de las demandas de los activistas, encabezados por el movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) es la de aumentar la transparencia y la rendición de cuentas de las fuerzas del orden, lo cual ha llevado a la oposición demócrata a trabajar en un proyecto de ley que refleje estas exigencias. Sin embargo, la vocera dijo que el Ejecutivo rechaza de plano esta opción.
"Una de las cosas que el secretario de Justicia [William] Barr ha dicho es que el proyecto de ley demócrata aborda la necesidad de reducir la inmunidad o de ir tras los policías malos... Eso no es negociable", aseguró McEnany.
La portavoz lamentó que el país se encuentre "aparentemente" sumido en una tendencia "contraria a los agentes de policía", lo cual, dijo, le resulta "inaceptable" a Trump.
McEnany comparó el vídeo de la muerte de Floyd, cuya difusión encendió la mecha de las protestas en todo el país, con unas imágenes en las que se ve a miembros de las fuerzas del orden cargando contra un manifestante de edad avanzada, que apenas estaba parado frente a ellos y que acabó sangrando en el suelo, con una fractura craneal, tras ser empujado por dos agentes.
"Contrastemos esto con la situación de George Floyd, ese vídeo terrible que todos vimos... Todos los policías del país que he visto dicen que fue una acción inexcusable; en este otro caso, hubo 57 agentes de la policía que dimitieron debido a cómo fueron tratados esos dos agentes", observó, en referencia al hecho de que los dos policías implicados fueron despedidos de inmediato.
La portavoz, no obstante, afirmó que "el presidente no condona la violencia", pero defiende que los agentes "tienen el derecho de ser escuchados".
En cualquier caso, McEnany aseguró que la Casa Blanca ha estado trabajando "sigilosa y diligentemente" en una propuesta legislativa que aborde las demandas de los manifestantes "en todo el país". Sin embargo, no detalló cuándo podría hacerse pública.