Votantes latinos por Trump ayudaron a mantener reñida la elección

Imagen de archivo de una persona levantando un cartel de "Latinos por Trump" durante la Convención Republicana de 2016 en Cleveland, Ohio.

El aumento del apoyo a Trump en esta elección, dicen los analistas, refleja la creciente diversidad en nivel económico, educación, inclinaciones políticas, historia migratoria y país de origen entre los hispanos en Estados Unidos.

Aunque proyectado para perder la elección del 3 de noviembre de 2020, el presidente Donald Trump logró mantener una contienda más reñida de lo que se esperaba, acumulando en parte un mayor porcentaje de votos de las minorías, especialmente la creciente comunidad latina o hispana, que en 2016.

El aumento nacional de voto hispano por Trump ascendió al 32% este año desde el 28% en 2016, de acuerdo con sondeos a boca de urna, refutando la afirmación de muchos demócratas de que los latinos votarían en su contra abrumadoramente debido solamente a su dura retórica antiinmigrantes y sus políticas de inmigración.

"Creo que tenemos en lo adelante que desglosar el voto latino. No es un voto (singular)”, dijo Elaine Kamarck, analista política de la Institución Brookings.

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Valores republicanos

A pesar del resultado de Trump, los latinos apoyaron a Biden con un margen de alrededor de 2-1, muchos expresando una fuerte oposición a la política de la administración de separar a niños migrantes de sus familias en la frontera con México.

El electorado hispano, sin embargo, es abrumadoramente católico o cristiano conservador, con muchos que coinciden con la oposición de Trump y el Partido Republicano al matrimonio gay y el aborto.

“Ser pro-vida es una de las principales razones por las que voté por Donald Trump", dijo María Posada, una ingeniera de ascendencia mexicana nacida en Texas.

A algunos hispanos con prudencia fiscal también les gustan las iniciativas proempresariales de Trump de reducir impuestos federales y regulaciones del gobierno, y descartaron las repetidas promesas demócratas de aumentar los salarios, expandir el acceso al cuidado de la salud y enmendar el problemático sistema de inmigración de Estados Unidos.

"Nosotros los latinos creemos que a pesar de lo que digan, ofrecernos la luna y las estrellas, no mantendrán sus promesas”, dijo Nelson Reynaldo, un empresario de Virginia oriundo de El Salvador.

Florida y Texas

Una ola de respaldo latino ayudó a Trump a ganar la Florida con más del 51% de la votación, desmintiendo algunas encuestas electorales que reflejaron a Biden con más de un 5% de ventaja.

Muchos votantes de ascendencia cubana y venezolana dejaron atrás países que quedaron arruinados por políticas socialistas.

Las severas restricciones comerciales impuestas por Trump a las autoridades comunistas de Cuba y para deponer al presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, resonaron en muchos votantes de origen cubano y venezolano en Miami.

Los esfuerzos de la campaña de Trump de proyectar a los demócratas como socialistas pudieron también “movilizar a muchos cubanoamericanos”, según Sergio García Ríos, un profesor de estudios latinos y de gobierno de la Universidad de Cornell.

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La complejidad del voto hispano

Biden, un senador por muchos años y vicepresidente durante la administración Obama, es considerado un político moderado. Sin embargo, algunos progresistas en su Partido Demócrata han abrazado la definición de socialistas moderados, promoviendo más programas financiados por el gobierno para expandir la atención de la salud y combatir el cambio climático.

De acuerdo con las encuestas a boca de urna, alrededor del 55% del voto cubanoamericano en la Florida fue para Trump, así como el 30% de los puertorriqueños. En 2016, Trump solo ganó cuatro de cada 10 votos latinos en su contienda con la candidata demócrata Hillary Clinton.

Algunos activistas latinos dicen que Biden descuidó a la Florida en gran parte de su campaña, mientras que Trump organizó muchos actos en el estado, al que muchos republicanos consideraban imprescindible para la victoria, pero no era tan importante para Biden.

“Biden en realidad llegó un poco tarde a la fiesta”, considera la analista política Claudia Ruiz, de UnidosUS, la mayor organización proderechos de los latinos del país.

La campaña de Biden disputó en las últimas semanas las críticas de algunos demócratas de que no se enfocó suficientemente en su demografía.

Trump ganó también decisivamente en Texas con más del 52% de los votos, a pesar de que las encuestas antes de la elección pronosticaron una contienda cerrada en este estado limítrofe con México con rápido crecimiento de la población latina.

Cuatro de cada 10 hispanos votaron por Trump en Texas, de tres en 10 en 2016, según encuestas a boca de urna en el estado. Muchos citaron las oportunidades económicas como su prioridad, mientras que los partidarios de Biden señalaron la lucha contra la pandemia de coronavirus.

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El cliché del monolito

El aumento del apoyo a Trump en esta elección, dicen los analistas, refleja la creciente diversidad en nivel económico, educación, inclinaciones políticas, historia migratoria y país de origen entre los hispanos en Estados Unidos.

"No somos un monolito”, dice Albert Morales, director político de la firma encuestadora Latino Decisions.

Al mismo tiempo, las ganancias de Trump entre los latinos, que le dieron el 32% de su voto, aún quedaron por debajo del 40% obtenido por otros presidentes republicanos anteriores como Ronald Reagan, George Bush padre y George Bush hijo.

Y aunque el voto latino ayudó a Trump a ganar la Florida y Texas, también fue crucial para Biden en estados tradicionalmente republicanos como Arizona y Georgia. Las crecientes poblaciones de hispanos jugaron un papel en casi todos los estados, incluso aquellos clave que se decidieron a favor de Biden, como Pensilvania, Michigan y Wisconsin.

“No hay un estado hoy en día que no sea relevante”, afirma Morales.

Las encuestas a boca de urnas de Edison Research reflejaron también que alrededor de un 11% de los afroamericanos y el 30% por ciento de los asiáticos estadounidenses votaron por Trump, tres puntos porcentuales más en los dos grupos que en 2016.