La mujer, una ciudadana estadounidense originaria de Colombia y residente en el norte de Virginia, viajaba con su familia para reunirse con un hijo que recién había completado una peregrinación a Santiago de Compostela.
Una estadounidense nacida en Colombia y residente en el norte de Virginia, cerca de Washington, se encuentra entre las 80 víctimas mortales del tren que descarriló el miércoles en España.
La mujer fue identificada como Ana María Córdoba, residente en el norte de Virginia, quien viajaba con su familia –su esposo Philippe y su hija Christina—, para reunirse con su hijo Santiago, quien recién había completado una peregrinación a Santiago de Compostela.
El padre Eugenio Hoyos, también colombiano, confirmó que Córdoba trabajaba en la arquidiócesis de Arlington. “Sí, trabajaba con nosotros en la Diocesis y era una gran amiga”, dijo el sacerdote a la Voz de América. Su muerte, añadió, “es una ganancia para el cielo”.
Mientras tanto, los investigadores en España están interrogando al conductor del tren en lo que se ha descrito como el peor desastre ferroviario en 40 años.
Más de 140 personas resultaron heridas y entre las víctimas mortales había además una mexicana, una dominicana y dos colombianos.
Equipos de rescate usaron grúas el jueves para mover los vagones mientras surgieron informes de que el tren pudo haber estado desplazándose a más del doble de la velocidad máxima de 80 kilómetros por hora en el momento del accidente en las afueras de Santiago de Compostela.
El accidente ocurrió en la víspera de la fiesta religiosa anual del apóstol Santiago, un evento al que asisten peregrinos de todo el mundo. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien es nativo de Santiago de Compostela, visitó el sitio del accidente y a los heridos.
La mujer fue identificada como Ana María Córdoba, residente en el norte de Virginia, quien viajaba con su familia –su esposo Philippe y su hija Christina—, para reunirse con su hijo Santiago, quien recién había completado una peregrinación a Santiago de Compostela.
El padre Eugenio Hoyos, también colombiano, confirmó que Córdoba trabajaba en la arquidiócesis de Arlington. “Sí, trabajaba con nosotros en la Diocesis y era una gran amiga”, dijo el sacerdote a la Voz de América. Su muerte, añadió, “es una ganancia para el cielo”.
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Mientras tanto, los investigadores en España están interrogando al conductor del tren en lo que se ha descrito como el peor desastre ferroviario en 40 años.
Más de 140 personas resultaron heridas y entre las víctimas mortales había además una mexicana, una dominicana y dos colombianos.
Equipos de rescate usaron grúas el jueves para mover los vagones mientras surgieron informes de que el tren pudo haber estado desplazándose a más del doble de la velocidad máxima de 80 kilómetros por hora en el momento del accidente en las afueras de Santiago de Compostela.
El accidente ocurrió en la víspera de la fiesta religiosa anual del apóstol Santiago, un evento al que asisten peregrinos de todo el mundo. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien es nativo de Santiago de Compostela, visitó el sitio del accidente y a los heridos.