Estilista ciega se siente afortunada

Clements fue estilista por casi 10 años antes de perder su visión.

Martha Clements, una mexicana que vive en EE.UU., se siente bendecida a pesar de los obstáculos por los que ha tenido pasar.

Después de una tragedia que le cambió la vida por completo, para Martha Clements habría sido muy fácil concentrarse en la parte negativa. Sin embargo, cinco años después de perder la visión, Clements decidió volver a lo que ella más ama, ser estilista.

Clements ya está atendiendo a sus clientes.

Kathy Braga, sentada en la silla del salón, ve como Clements saca una regla del cajón y comienza a medir el cabello.

Clements fue estilista por casi 10 años antes de perder su visión. Ahora, cuando ella utiliza la tijera, es fácil olvidarse que ella es ciega. Cuidadosamente, ella compara y calcula haciendo uso de su tacto. A su vez, utiliza los comentarios del cliente como sus ojos.

Braga ha sido clienta de Clements por muchos años y está orgullosa de decir que ella fue la primera en la silla después de que Clements perdiera la vista.

Esta estilista de 42 años perdió la vista al sufrir de una embolia pulmonar.

En 2008, ella dejó a su esposo e hijos para ir a un programa educativo para personas discapacitadas visualmente y así aprender a ser eficaz, útil e independiente. Y allí fue donde se entrenó para volver a trabajar en el salón de belleza.

Por otra parte, tres días a la semana ella presta servicio voluntario en La Casa de la Misericordia Católica, una institución que ofrece ropa, comida y ayuda a aquellos sin recursos. Muchos allí, tal como Clements, quien nació en México, son hispanos.

Clements les ayuda con traducciones y a rezar rosarios.