Por segundo día consecutivo, los 17 ministros de Finanzas de la eurozona se reunieron este martes en Bruselas para tratar de contener a toda costa que los embates de la crisis griega hagan olas en Italia y España y dejen mal parado al euro.
Los ministros prometieron la víspera "garantizar la estabilidad financiera" de la moneda única y reforzar el fondo de respuesta de emergencia financiera para los países de la comunidad, que cuenta con una capacidad de préstamos de 440.000 millones de euros.
Pero aún así el euro volvió a debilitarse frente al dólar tras haber llegado a su cotización más baja en cuatro meses, desplomado a causa de los temores de que nada pueda hacerse para evitar que la crisis griega rebase las fronteras del país.
En Italia, el gobierno y la oposición dijeron estar dispuestos a acelerar la aprobación en el parlamento de un plan de ajuste de unos 48.000 millones de euros con la intención de disipar las dudas de los mercados sobre la solvencia de las finanzas italianas.
El primer ministro Silvio Berlusconi, admitió que "para Italia, no es un momento fácil", y exhortó a la población a mantenerse "unida” ante los sacrificios que sea necesario hacer.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, demandó una "rápida puesta en práctica" de las medidas prometidas el lunes por los países miembros de la zona euro con vista a fortalecer los mecanismos de gestión frente a la crisis presupuestaria.
Pero el martes los mercados seguían tensos, y fuentes diplomáticas en Bruselas no descartan que sea convocada una cumbre para el viernes en la que los líderes de la zona euro definan una respuesta coordinada ante el asomo de una crisis monetaria.
Los gobiernos de la zona euro todavía no se han puesto de acuerdo sobre cómo van a proceder los bancos antes de mediados de septiembre respecto al segundo paquete de rescate financiero de Grecia, que el año pasado recibió un préstamo de 110.000 millones de euros pero que, contra lo previsto, han resultado insuficientes.
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