El juicio al ex jefe de la campaña presidencial de Donald Trump, Paul Manafort, comenzó este martes en Alexandria, Virginia.
Los jurados, seis hombres y seis mujeres, así como cuatro alternos (tres mujeres y un hombre) fueron seleccionados antes de las 2 de la tarde.
Manafort, quien está bajo custodia y podría pasar el resto de su vida en la cárcel, llegó a la corte vestido con un traje oscuro y acompañado de su esposa, Kathleen.
En apariencia, los 18 cargos criminales contra Manafort, que incluyen evasión de impuestos, no haber reportado cuentas bancarias en el exterior y obtener créditos bancarios fraudulentamente, no están relacionados con el tema principal de la investigación de Mueller sobre si la campaña de Trump coludió con Rusia para la elección presidencial en 2016.
Sin embargo, la cuestión sobre la colusión está en el ambiente. Por la mañana, el presidente Donald Trump tuiteó “No hubo colusión (excepto por parte de la deshonesta Hilary y los demócratas)!”.
Las declaraciones de apertura de los fiscales y la defensa comenzaron alrededor de las 2:45 p.m. y se espera que duren aproximadamente media hora cada una.
El fiscal adjunto del distrito Este de Virginia, Uzo Asonye, especialista en fraude, contratado por el equipo del fiscal especial para el juicio contra Manafort, habla en nombre del gobierno.
Según el Washington Post, Asonye es conocido por llevar a prisión al tesorero de Norfolk, Virginia, junto con un funcionario de la Administración de Servicios Generales del gobierno y a un ex asistente de un senador estatal.
En nombre de la defensa de Manafort, habla Thomas Zehnle, un abogado que fue fiscal federal especializado en impuestos que pasó a desempeñarse en la práctica privada como defensor de los llamados delitos de cuello blanco.
En 2013, él logró el sobreseimiento de un abogado acusado en un caso de conspiración en paraísos fiscales que involucró a KPMG, una red global de firmas profesionales que ofrece servicios de auditoría, impuestos y asesoría.
Los fiscales quieren mostrar memorandos, guiones publicitarios de campaña, planes de mítines políticos y otros trabajos que Manafort hizo en un esfuerzo por demostrar que ganó más de $ 60 millones como cabildero del Party of Regions, un partido pro-Rusia ucraniano, y como consultor político de su líder, Viktor Yanukovych, entre 2005 y 2014.
La campaña terminó con una ola de manifestaciones contra Yanukovych y su rechazo a un acuerdo de asociación con la Unión Europea en favor de una relación más estrecha con Rusia. El líder ucraniano fue expulsado y huyó a la frontera con Rusia, donde permanece en el exilio.
Según los fiscales, a partir de 2014, Manafort mintió sobre sus ingresos y su deuda para obtener préstamos multimillonarios, incluido un préstamo de un banquero de Chicago que quería un empleo en la campaña y el gobierno de Donald Trump.
Manafort y su exsocio empresarial Rick Gates, presuntamente ganaron decenas de millones de dólares en tarifas, mientras ocultaban sus ingresos al Servicio de Rentas Internas de EE.UU., IRS por sus siglas en inglés.
Gates, originalmente acusado de ayudarlo a cometer fraude, se declaró culpable en D.C. y planea testificar para la fiscalía.
Para evitar pagar altos impuestos, dicen los fiscales, los dos socios establecieron compañías secretas y cuentas offshore para lidiar con sus ganancias en Ucrania, las que hacían pasar como “préstamos” a cuentas estadounidenses para comprar propiedades multimillonarias en dólares y artículos de lujo.
En total, dicen los fiscales, más de 75 millones de dólares giraron a través de cuentas offshore que establecieron Manafort y Gates.
Manafort se ha declarado no culpable de los cargos en Virginia, al igual que en una acusación separada en una corte federal en Washington, D.C.
Manafort ha estado en prisión desde junio, cuando un juez que preside el caso en Washington revocó su libertad condicional por presuntamente interferir con potenciales testigos.