El famoso artista y escultor estadounidense Richard Serra, conocido por convertir paredes curvas de acero oxidado y otros materiales maleables en obras de arte a gran escala que ahora están repartidas por todo el mundo, murió en su casa en Long Island, Nueva York. Tenía 85 años.
Considerado uno de los escultores más destacados de su generación, el nativo de San Francisco estudió pintura en la Universidad de Yale, pero se dedicó a la escultura desde la década de 1960, inspirado por viajes a Europa.
Su muerte ocurrida el martes, fue confirmada por la noche por su abogado John Silberman, cuya firma tiene su sede en Nueva York. Dijo que se debió a una neumonía.
Conocido por sus colegas como el “poeta del hierro”, Serra se hizo mundialmente famoso por sus estructuras de acero a gran escala, como arcos monumentales, espirales y elipses. Se identificó estrechamente con el movimiento minimalista de la década de 1970.
El trabajo de Serra comenzó a llamar la atención del público en 1981, cuando instaló un muro curvo de acero en bruto de 120 pies de largo (36,5 metros de largo) y 12 pies de alto (3,6 metros de alto) que divide la Plaza Federal en Nueva York. La escultura, llamada “Tilted Arc” (Arco inclinado), generó una rápida reacción de las personas que trabajan allí y exigencias feroces de que se retirara. La escultura fue retirada más tarde, pero la popularidad de Serra en la escena artística de Nueva York se había consolidado.
La mayoría de las obras a gran escala de Serra están soldadas en acero Cor-Ten, un tipo de acero cuya oxidación protege a la pieza realizada con este material, pero también trabajó con otros materiales no tradicionales como caucho, látex, neón, así como plomo fundido, que Serra arrojaba contra la pared o el piso para crear su serie “Splash” en los inicios de su carrera.
Sus obras han sido instaladas en paisajes e incluidas en las colecciones de museos de todo el mundo, desde el Museo de Arte Moderno de Nueva York hasta los desiertos de Qatar.
En 2005, ocho grandes obras de Serra fueron instaladas de forma permanente en el Museo Guggenheim de España. Carmen Jiménez, la organizadora de la exposición, dijo que Serra era “sin duda el escultor vivo más importante”.
Nacido de madre ruso-judía y padre español en San Francisco, Serra era el segundo de tres hijos de la familia. Comenzó a dibujar a una edad temprana y se inspiró en el tiempo que pasó en un astillero donde su padre trabajaba como instalador de tuberías. Antes de dedicarse a la escultura, Serra trabajó en fundiciones de acero para ayudar a financiar su educación en los campus de Berkeley y Santa Bárbara de la Universidad de California. Luego estudió en Yale, donde se graduó en 1964.
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