El presidente Donald Trump intervino el viernes en la controversia más reciente que envuelve a la Casa Blanca, sobre la presunta solicitud de su jefe de gabinete al FBI para que esa agencia desmintiera los reportes publicados en medios de que asesores de su campaña mantuvieron contactos frecuentes con agentes rusos de inteligencia antes de las elecciones.
La presunta conversación entre Reince Priebus y el subdirector del FBI, Andrew McCabe, podría haber saltado las normas que pretenden limitar las comunicaciones entre la agencia de seguridad y la Casa Blanca sobre investigaciones en curso.
"La Casa Blanca simplemente no está autorizada a presionar al FBI para que haga declaraciones públicas sobre una investigación abierta sobre el presidente y sus asesores", dijo el representante de Michigan, John Conyers, el demócrata de mayor rango en el Comité Judicial de la cámara baja.
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La petición de Priebus se habría producido después de que el FBI dijera a la Casa Blanca que creía que el reporte del New York Times publicado la semana pasada sobre esos contactos no era exacto, indicó el funcionario. Hasta hoy, el FBI no ha expresado esa posición de forma pública y no hay indicios de que pretenda hacerlo.
El presidente recurrió a su cuenta de Twitter el viernes para señalar que “el FBI es completamente incapaz de detener a los “filtradores” de [información de] seguridad nacional que han permeado nuestro gobierno desde hace largo tiempo. Ni siquiera pueden… hallar a los que filtran información dentro del miso FBI. Información secreta está siendo entregada a la prensa que puede tener un efecto devastador para EE.UU. ENCUÉNTRENLOS YA!", dijo.
Trump y sus asesores han negado haber mantenido contacto con autoridades rusas durante la campaña. La semana pasada, Trump dijo que "nadie que yo sepa" había hablado con agentes rusos de inteligencia antes de los comicios.
Pero Priebus aludió a sus contactos con el FBI durante el fin de semana, cuando dijo a Fox News que "el nivel más alto de la comunidad de inteligencia", le había asegurado que las acusaciones de contactos de la campaña con Rusia "no sólo se exageraron enormemente, también son erróneos".
El senador Ron Wyden, demócrata por Oregon, dijo que los comentarios de Priebus abrían la puerta a que el director del FBI, James Comey, comentara públicamente la investigación de su departamento.
"Si el jefe de gabinete de la Casa Blanca puede hacer afirmaciones públicas sobre las supuestas conclusiones de una investigación del FBI, entonces el director Comey puede ser franco con el pueblo estadounidense", afirmó Wyden.
The New York Times informó de que agencias estadounidenses habían interceptado llamadas telefónicas el año pasado entre agentes rusos de inteligencia y miembros de la campaña electoral de Trump.
Un documento interno de 2009 del entonces secretario de Justicia, Eric Holder, indicó que el Departamento de Justicia debe asesorar a la Casa Blanca sobre pesquisas civiles o penales abiertas "sólo cuando sea importante para el ejercicio de los deberes del presidente y apropiado desde el punto de vista de la aplicación de la ley". Cuando deban producirse esas comunicaciones, añadió el memorando, deben participar únicamente los miembros de más alto rango de la Casa Blanca y del Departamento de Justicia.
El funcionario de la Casa Blanca no hizo comentarios cuando se le preguntó si el gobierno estaba preocupado por si las comunicaciones de Priebus con McCabe habían sido apropiadas. El funcionario no estaba autorizado a revelar el asunto de forma pública e insistió en mantener el anonimato.
El FBI no confirmó si había se había puesto en contacto con la Casa Blanca sobre la veracidad del reporte del Times.
La cadena CNN informó en un primer momento de que Priebus había pedido al FBI que se pronunciara sobre el asunto.
Trump se ha visto rodeado de preguntas sobre sus posibles lazos con Rusia desde que ganó las elecciones. Agencias de inteligencia estadounidenses han concluido además que Rusia interfirió con la campaña para ayudar a Trump a derrotar a la demócrata Hillary Clinton.
Trump despidió la semana pasada a su asesor de seguridad nacional Michael Flynn porque desinformó al vicepresidente, Mike Pence, y a otros miembros del gobierno sobre sus contactos con el embajador ruso en Estados Unidos. Flynn, que fue entrevistado por el FBI por esos contactos, fue acusado de haber hablado con el embajador en multitud de ocasiones durante la transición de gobierno, unas conversaciones en la que se habría tratado la política estadounidense de sanciones.
Justin Shur, ex fiscal de corrupción pública del Departamento de Justicia, dijo que es imprescindible que las pesquisas del Departamento no se vean influenciadas por consideraciones políticas.
"En general, las investigaciones y procesamientos deben consistir en reunir los hechos y las pruebas y aplicar la ley", dijo Shur.
Durante la campaña, Trump y otros republicanos criticaron duramente una reunión entre la entonces secretaria de Justicia Loretta Lynch y el expresidente Bill Clinton, esposo de la principal rival de Trump en las elecciones. La reunión se produjo mientras el FBI —que está supervisado por el Departamento de Justicia— investigaba el empleo por parte de Hillary Clinton de un servidor y una dirección de email privados.