El alcalde de la ciudad firma una ordenanza que impide a la policía apresar a indocumentados para entregarlos injustificadamente a los agentes de inmigración.
El alcalde de la ciudad de Filadelfia, Michael Nutter, firmó una ordenanza que da un giro de 180 grados a la política seguida hasta ahora por la policía local con los inmigrantes indocumentados.
Defensores de la inmigración consideran la orden emitida por el alcalde como una de las más progresistas del país en la materia.
De acuerdo con la ordenanza, la policía de la ciudad no podrá apresar a indocumentados para entregarlos a los agentes de inmigración a menos que estos hayan sido convictos de un delito grave, en primero o segundo grado, y exista contra ellos una orden judicial.
Nutter dijo que la medida respalda la seguridad pública y ayudará a reconstruir la confianza entre los policías y la comunidad de inmigrantes.
“Los residentes y otros que están aquí no tendrán que temer que interactuar con su gobierno los lleve a ellos o a sus seres queridos a un centro de detención”, indicó.
Activistas pro inmigrantes sostienen que el miedo a los agentes de inmigración llegó a provocar que muchos indocumentados no reportaran delitos y no cooperaran con la policía.
Los críticos de la ordenanza señalan que ésta promueve la anarquía e impide que las autoridades locales hagan cumplir las leyes federales.
Defensores de la inmigración consideran la orden emitida por el alcalde como una de las más progresistas del país en la materia.
De acuerdo con la ordenanza, la policía de la ciudad no podrá apresar a indocumentados para entregarlos a los agentes de inmigración a menos que estos hayan sido convictos de un delito grave, en primero o segundo grado, y exista contra ellos una orden judicial.
Nutter dijo que la medida respalda la seguridad pública y ayudará a reconstruir la confianza entre los policías y la comunidad de inmigrantes.
“Los residentes y otros que están aquí no tendrán que temer que interactuar con su gobierno los lleve a ellos o a sus seres queridos a un centro de detención”, indicó.
Activistas pro inmigrantes sostienen que el miedo a los agentes de inmigración llegó a provocar que muchos indocumentados no reportaran delitos y no cooperaran con la policía.
Los críticos de la ordenanza señalan que ésta promueve la anarquía e impide que las autoridades locales hagan cumplir las leyes federales.